La tecnología QLED combina la retroiluminación con los puntos cuánticos.
QLED es una tecnología basada en ledes que utiliza nanocristales conocidos como puntos cuánticos. Los televisores QLED, por lo tanto, recurren a este sistema.
TemasTecnología detrás de QLED
Cabe recordar que un led es un diodo emisor de luz: es decir, una válvula con dos electrodos que permite el paso de la corriente en un solo sentido y que, al recibir tensión, emite luz. En la tecnología QLED, un led brillante se encarga de la iluminación de los puntos cuánticos.
Estos puntos cuánticos son semiconductores de tamaño muy pequeño (nanoestructuras). Al obtener la luz del led bajo demanda, ofrecen una mejora en el rendimiento de varios aspectos en comparación a otros recursos, como la tecnología OLED (basada en diodos orgánicos emisores de luz).
Puede decirse que un televisor QLED es un aparato led que, para optimizar el rendimiento, emplea puntos cuánticos. De este modo, estos puntos cuánticos funcionan a manera de filtros que brindan una luz más pura.
Es importante tener en cuenta que QLED es una tecnología reciente que aún se encuentra en desarrollo. Los primeros televisores de este tipo salieron al mercado en la segunda década del siglo XXI.
QLED y OLED
Comparando ambas opciones, los televisores OLED presentan millones de diodos orgánicos emisores de luz, cada uno con iluminación individual mediante la aplicación de tensión. Si uno de estos diodos no recibe electricidad, se apaga. En los televisores QLED, en cambio, la retroiluminación led se encarga de la alimentación de todos los puntos cuánticos con una película. Por eso en los televisores OLED es posible reproducir el negro a la perfección, mientras que en QLED es necesario aplicar ciertas técnicas para acentuar el contraste y generar la ilusión de mayor oscuridad en el televidente.
Si bien las diferencias entre QLED y OLED son varias y están bien definidas, no existe un consenso en cuanto a «cuál es mejor», sino que el mercado tiene espacio para los simpatizantes de ambas tecnologías. El precio es un factor que, sobre todo al comienzo, suele jugar a favor de QLED, pero una vez que un usuario encuentra su televisor preferido no lo deja por ninguna razón. La iluminación es quizás uno de los puntos que llevan a mucha gente a decantarse por esta tecnología, ya que su pico suele ser mucho mayor que en OLED. Esto puede parecer caprichoso o irrelevante, pero en una habitación excesivamente iluminada por grandes ventanas se necesita una pantalla que haga frente a tal brillo para que no se pierda la claridad de la imagen.
En una habitación excesivamente iluminada, QLED ofrece mejores resultados que OLED.
Volviendo al tema del negro puro, OLED es la tecnología ideal en este caso, ya que puede apagar completamente sus píxeles y, como no requiere retroiluminación, la reproducción de color es exacta. En QLED, en cambio, dado que depende de unas lámparas que se encuentran detrás de los píxeles, resulta imposible mantener uno negro si hay otros claros a su alrededor.
El problema reside en que QLED trabaja con “zonas” de retroiluminación, es decir que divide el panel en una cantidad de celdas que ilumina según necesite para aumentar el contraste; esto potencia las partes claras de la escena (volviéndolas mucho más brillantes que en OLED) pero arruinando las oscuras (lavando los colores, volviendo grises los negros).
En resumen, la retroiluminación es llamativa en una tienda pero impacta negativamente en la reproducción de los detalles, sobre todo en imágenes con elementos muy pequeños de variado brillo, como ser estrellas en la noche o adornos intrincados. Por lo general, se recomienda OLED a los usuarios más exigentes, que desean ver la imagen sin distorsiones y que dispongan de una habitación oscura, y QLED a quienes prioricen el brillo del panel.
