La noción de quiroscopia se emplea en el ámbito de la criminología. Así se denomina al análisis de los dibujos de las palmas de las manos con fines identificatorios.
Estudio de quirogramas
Esas líneas, conocidas como quirogramas, comenzaron a estudiarse de manera científica a inicios del siglo XX. El estadounidense Harris Hawthorne Wilder está considerado como uno de los pioneros en esta materia, que se afianzó en torno a la década de 1920.
El almacenamiento y la clasificación de los quirogramas pueden ayudar a los investigadores a resolver crímenes y otros delitos. Para esto es importante que, en el lugar de los hechos, los especialistas realicen una inspección para detectar las huellas palmares y luego compararlas con los archivos o con las líneas de los eventuales sospechosos.
Lo que hace la quiroscopia, en definitiva, es estudiar las crestas epidérmicas de las palmas. Los expertos reconocen seis regiones en cada palma: en el centro se encuentra la depresión palmar, en torno a la cual existen cinco prominencias.
Dos de los elementos más importantes que reconoce la quiroscopia en las palmas son los verticilos y los bucles. A partir de ellos se pueden establecer diversas agrupaciones que posibilitan la confección del archivo de las huellas palmares.
Crestas epidérmicas
También conocidas como crestas papilares, son aquellos relieves que se pueden apreciar en diferentes partes de nuestro cuerpo en forma de dibujos. Gracias a la presencia de depresiones, espacios o fisuras que se denominan surcos papilares, las crestas se encuentran bien delimitadas. Es posible trazar una analogía con un terreno labrado: el lomo de la tierra que se ara es equivalente a la cresta, y los surcos del arado a los papilares.
El lomo de la cresta epidérmica tiene forma redondeada y exhibe un gran número de poros, a través de los cuales puede salir el sudor. No olvidemos que en nuestra piel podemos distinguir la dermis de la epidermis, siendo la segunda las más superficial. En la primera existen, a su vez, dos extractos: uno subcutáneo y uno papilar (también conocidos como interno y externo). En este último se encuentran las papilas dérmicas, que son el origen de las crestas, y de hecho la disposición de las primeras repercute directamente en la de las segundas.
Precisamente, las papilas dérmicas tienen una proyección hacia el exterior, y es allí donde forman los relieves que llamamos «crestas». Cabe señalar que la quiroscopia señala que estos aparecen con mayor frecuencia en las partes del cuerpo que más se rozan.
Regiones del quirograma
En la palma de la mano encontramos las siguientes tres regiones: hipotenar, superior y tenar. La quiroscopia cuenta con la base teórica suficiente para analizar estas tres, aunque en la práctica no suelen aparecer todas en una misma escena criminal. De hecho, la primera es la más común, y la última es extremadamente rara.
La región hipotenar se encuentra entre el borde cubital y el centro de la mano. Dado que es la más hallada en las inspecciones, tiene un importante valor en el ámbito investigativo. La tenar es la que colinda con el pulgar y en ella se encuentran otras subregiones: anucleada, bucleada, de bucle doble y verticilar. La superior está en la parte superior de la palma y solamente exhibe dibujos bucleados y anucleados.
Dactiloscopia y pelmatoscopia
Más allá del valor de la quiroscopia, esta técnica ha quedado relegada por la dactiloscopia: el examen de las impresiones dactilares. Por eso es más usual que se analicen las huellas dactilares en lugar de las huellas palmares.
También se estudian las huellas de los pies (pelmatoscopia). Todos estos campos del saber (quiroscopia, dactiloscopia y pelmatoscopia) forman parte de la lofoscopia.