La radiestesia es una práctica que promete la amplificación de la percepción humana usando, por ejemplo, un péndulo.
La Real Academia Española (RAE) define a la radiestesia como una sensibilidad particular para la captación de determinadas radiaciones. Así, gracias a la radiestesia, sería posible detectar un manantial subterráneo u otras cosas ocultas.
TemasUna pseudociencia
También llamada rabdomancía o rabdomancia, la radiestesia suele ser considerada como una pseudociencia. De todos modos, quienes sostienen la existencia de esta propiedad aseguran que, con el uso de varillas, péndulos y otros dispositivos simples que se colocan en suspensión, es posible amplificar la sensibilidad humana y así percibir la radiación de un objeto emisor.
A quien afirma que puede lograr la detección de las alteraciones electromagnéticas con estos instrumentos sencillos se lo conoce como zahorí. De acuerdo a estos individuos, el movimiento espontáneo de los péndulos o las varillas cuando son sostenidos con la mano revelan los cambios.
El uso de la radiestesia para descubrir agua subterránea se remonta miles de años atrás. Esta aplicación se basaba en la creencia de que había emanaciones detectadas por las herramientas, las cuales se movían ante esa supuesta radiación.
A lo largo de la historia, a través de la radiestesia se ha pretendido hallar minerales y agua, realizar el diagnóstico de enfermedades, medir cosas con exactitud, realizar el inventario de recursos naturales, predecir los cambios de estado de la materia orgánica, hallar focos de radiación de energía, adivinar valores numéricos y hasta encontrar a individuos desaparecidos. Sin embargo, ninguna prueba científica pudo demostrar la eficacia del método.
Fundamentos
El autor William Pryce explicó en su obra Mineralogia Cornubiensis, del año 1778, que las varillas usadas para la radiestesia se veían afectadas a nivel físico por las emanaciones de la sustancia que buscaba el zahorí. Esta explicación fue la más común en los inicios de esta práctica. Mucha gente a lo largo de la historia se apoyó en estos principios con una convicción sincera de estar amplificando su percepción, sin que le importase el rigor científico, algo tan aceptable como cualquier otra creencia personal.
Pero ante el negocio en el que muchos han convertido ésta y otras técnicas aparentemente paranormales fue necesaria una mirada exhaustiva para comprobar su validez. En la revista inglesa Nature, una de las más importantes de interés científico a nivel mundial, encontramos la radiestesia en un número de 1986 como uno más de los efectos supuestamente paranormales pero que pueden no ser más que una combinación de expectativas, conocimientos previos y probabilidad.
Por otra parte debemos hablar del concepto efecto ideomotor, un fenómeno perteneciente al ámbito de la psicología que se aprecia cundo hacemos movimientos inconscientes de forma automática a causa de un estímulo en particular. Hay quienes creen que ésta es la explicación de lo que tiene lugar durante las sesiones de radiestesia, en lugar de la supuesta amplificación de la percepción que señalan los expertos.
Como sucede con otras prácticas similares, la radiestesia ha pasado por diferentes experimentos conducidos por personas que, creyentes o no, pretendían darles la oportunidad a los zahoríes de demostrarle al mundo la validez de sus fundamentos. Sin embargo, esto nunca ha ocurrido.
A pesar de su antigüedad, la radiestesia todavía no ha sido avalada por la ciencia.
Charlatanería
Pese a la falta de certezas, la radiestesia sigue siendo difundida por sujetos que se autoproclaman especialistas y defendida por aquellos que confían en su validez. Por eso, en muchos casos, la radiestesia se constituye como una actividad lucrativa y en la base de un negocio.
Esto le da mala fama a la práctica, algo similar a lo que ocurre con la cartomancia, la clarividencia y el contacto con los espíritus; si bien ninguna de ellas ha sido probada por la ciencia, el uso que hacen de ellas los charlatanes destruye el interés de aquellas personas que, de otra manera, les habrían concedido al menos una posibilidad.
