La reconstrucción es la acción y el efecto de reconstruir. Este verbo, a su vez, hace mención a volver a construir, edificar o fabricar.
Por ejemplo: «Las autoridades haitianas trabajan sin descanso por la reconstrucción del país», «La empresa anunció la reconstrucción del hotel que fue afectado por el tiempo«, «La reconstrucción de la fábrica tomará otros dos años».
El término puede utilizarse en un sentido físico para nombrar a las tareas concretas de restauración o renovación. Esto quiere decir que, si hay un edificio deteriorado, la reconstrucción incluirá reforzar sus cimientos, volver a pintarlo, etc.
Otro uso del concepto, en cambio, es simbólico. La idea de reconstrucción, en este caso, está vinculada a recuperar un valor o algo que no es material y que, por uno u otro motivo, se ha perdido. En este sentido, es habitual que se hable de la reconstrucción del tejido social o de la moral.
La reconstrucción como técnica de investigación
Reconstrucción, por otra parte, es el proceso que consiste en evocar recuerdos y tratar de reunirlos para completar un concepto o el conocimiento de un hecho. Esta técnica es muy utilizada por los cuerpos de investigación criminal, para intentar recrear asesinatos y atracos de gran envergadura, a partir de los detalles recogidos por los oficiales de policía y los detectives. Por otro lado, la psicología se apoya en la reconstrucción para ayudar a los pacientes a superar traumas del pasado.
Veamos algunas oraciones de ejemplo: «La reconstrucción del asesinato se llevará a cabo mañana con la participación del acusado y de los testigos», «La psicóloga está ayudando a Mariana en la reconstrucción de su pasado», «El joven que sufrió el golpe en la cabeza no logra completar la reconstrucción de lo ocurrido».
Su uso en la historia
En este sentido, se conoce con el nombre de reconstrucción histórica al proceso que consigue traer el pasado a la vida, revivir algunos de sus momentos más significativos con fines educativos y también para generar más interés en quienes lo estudian. A través de esta práctica se logra estrechar el espacio cronológico, lo cual resulta en una mejor comprensión de los hechos a pesar de las diferencias culturales propias de dos épocas muy distantes.
Desde el momento en el cual un grupo de investigadores halla una reliquia, por ejemplo, hasta que un museo la expone en una urna de cristal para que el público la observe, tiene lugar un extenso estudio que busca dar con su pasado, entender quienes la usaron y por qué, en qué momento de la historia; a su vez, para que los resultados sean más ricos, se hace necesario conocer tantos detalles como sea posible de la vida en dicha época: cómo vestían, qué comían, cuáles eran sus creencias, las características de su organización social, etcétera.
Cuando los grupos dedicados a la tarea de la reconstrucción histórica buscan mejorar su trabajo, siempre se encuentran con varias tendencias, entre las que destacan las siguientes dos, casi opuestas: la valoración de la veracidad por sobre el resto de los aspectos; el reconocimiento de la importancia que reside en esos pequeños datos de apariencia trivial pero que aportan más vida a los informes detallados.
Cabe resaltar que la reconstrucción histórica no puede ser absolutamente fiel a los hechos que intenta recuperar del pasado, no importa cuánto esfuerzo y dedicación haya detrás de una investigación.
Reconstrucción en la lingüística
La lingüística histórica es la disciplina que estudia los procesos de cambio de las lenguas en el tiempo y que apela a lo que se conoce como reconstrucción interna y reconstrucción externa para llevar a cabo su cometido.
Es importante tener en cuenta que los idiomas evolucionan a partir de fenómenos muy complejos, cuya observación y análisis requieren de un considerable volumen de conocimientos culturales y lingüísticos, tanto de los países de origen como de aquéllos con los cuales tuvieron contacto desde el último cambio estudiado.