Remolacha es un concepto que procede de la lengua italiana, aunque su origen etimológico es más lejano. La noción permite denominar a una planta cuya raíz es comestible y que, según la mayoría de los expertos, proviene del sur del continente europeo, probablemente de Italia.
También conocida como betabel y betarraga (su nombre científico es Beta vulgaris), la remolacha forma parte del grupo de las quenopodiáceas y de la familia de las amarantáceas. Esta planta de tipo herbáceo cuenta con un tallo grueso que puede tener una altura de dos metros, hojas ovales de gran tamaño y pequeñas flores de color verdoso.
La remolacha tiene su procedencia en la Beta maritima L., una especie silvestre que crece en diversas zonas marítimas del norte del continente africano y el sur de Europa, con total libertad. Cabe mencionar que ésta no es comestible, aunque el ser humano la ha usado con fines medicinales, algo que sí tiene en común con la remolacha que todos conocemos.
Consumo de remolacha
Su utilización como alimento por parte de nuestra especie nos remonta a la antigüedad, y en ese entonces no sólo se comía la raíz, sino también sus hojas, las cuales poseen un sabor que se asemeja al de la espinaca (en Francia, aún al día de hoy consumen las hojas de la remolacha). Desde comienzos del siglo XIX, disminuyó su uso en el ámbito culinario, ya que la gente comenzó a aprovecharla para extraer alcohol y para obtener azúcar de mesa (también conocida con el nombre de sacarosa).
La raíz suele consumirse cocida como parte de ensaladas. Es habitual que se combine con cebolla, papa (patata) y huevo duro, entre otros ingredientes. También se puede elaborar jugo de remolacha o utilizarla como guarnición.
Beneficios de su consumo
La remolacha es un alimento muy apreciado ya que dispone de hierro, potasio, vitamina B y vitamina C, entre otros nutrientes. Puede contribuir en el tratamiento de anemia y emplearse como laxante.
El jugo de remolacha, de hecho, es recomendado para controlar la hipertensión (ya que contribuye a reducir la presión arterial) y mejorar la circulación (dificulta la aparición de coágulos). Sin embargo, el nivel de oxalatos que contiene hace que su consumo excesivo pueda favorecer la formación de cálculos en los riñones.
La lista de sus beneficios continúa, y también puede utilizarse en el tratamiento contra el cáncer, gracias a ser un alimento rico en flavonoides, sustancias que ayudan a las plantas a protegerse de los rayos del sol y a llevar a cabo la dispersión de las semillas, pero que a nosotros nos brindan diversas propiedades, ya que son antioxidantes, fortalecen el cabello, protegen el estómago y el hígado, promueven la buena circulación sanguínea, son antibacterianas y antiinflamatorias.
Debido a la presencia de betanina, por otra parte, la remolacha también se usa como colorante natural. Esta sustancia incluso puede teñir la orina y la materia fecal de quienes ingieren remolacha.
Variedades de remolacha
La llamada remolacha azucarera, una variedad de esta planta, permite la obtención de azúcar. Francia, Estados Unidos, Alemania y Rusia se encuentran entre los principales productores mundiales de este tipo de azúcar.
Otras variedades de la remolacha que se destacan son la blanca (también denominada alargada) y la roja. Las dos tiene un gran contenido en azúcar, la cual es mucho más fácil de asimilar que la proveniente de la caña, y también presentan riqueza en almidón. Sus hojas pueden ser utilizadas como verdura y, como se menciona anteriormente, sus raíces también son perfectamente comestibles. Una clara diferencia entre ambas, en lo que al uso que el ser humano les da se refiere, es que la roja es la preferida para la cocina, ya que se considera más sabrosa, mientras que la blanca suele destinarse principalmente a la producción de azúcar y a la alimentación del ganado.