Remolón es un término que está vinculado al verbo remorar (diferir, retardar). Se trata de un adjetivo que permite calificar a la persona que pretende sortear o retrasar el desarrollo de una tarea o el cumplimiento de una obligación.
Por ejemplo: “No seas remolón: levántate y haz la tarea”, “Hoy estoy bastante remolón porque ayer me acosté muy tarde”, “Ramiro es muy capaz, pero también es remolón y siempre está buscando excusas para no trabajar”.
Tomemos el caso de un joven que debe ingresar a su lugar de trabajo a las 8 de la mañana. Pese a que programa su despertador para que suene a las 7, le cuesta levantarse ya que es remolón. De este modo, siempre termina llegando al trabajo a las 8:30 o incluso más tarde.
El individuo remolón
A pesar de que el término remolón deriva del verbo remorar, como se explica en el primer párrafo, a su vez existe el verbo remolonear, que surge para dar al adjetivo en cuestión una acción más relacionada con su uso habitual en el habla cotidiana.
Las personas que remolonean por las mañanas no siempre lo hacen por falta de voluntad o de responsabilidad; aunque cada caso debe mirarse teniendo en cuenta los rasgos del individuo y su situación emocional en el momento de la dificultad para levantarse de la cama, lo normal es que les tome más trabajo que a otras «activar» sus cuerpos y sentirse listos para comenzar el día.
La reacción del entorno
Para los individuos que, en cambio, no necesitan hacer un esfuerzo especial para levantarse por las mañanas, suele resultar un tanto difícil de comprender la actitud de los primeros. No es raro que un remolón le pida ayuda a alguien que conviva con él para conseguir llegar a tiempo a una cita pero que, llegado el momento, no haga otra cosa que gritar e ignorar sus llamados, lo cual puede acabar por agotar la paciencia del «despertador humano».
Sin embargo, por difícil de entender que parezca para algunos, no siempre se trata de una actitud caprichosa o propia de la ingratitud, sino que el remolón no encuentra la manera de iniciar su sistema a la velocidad que lo hacen los demás a su alrededor.
Las discusiones mientras alguien intenta despertarlo, de hecho, suelen tener lugar en un estado de semiconsciencia, por lo cual ni siquiera en esos casos actúan de forma deliberada, y esto los lleva a sentirse avergonzados y frustrados.
El remolón que carece de voluntad
En otros casos, se dice que el individuo remolón siempre pretende dejar para más adelante aquello que le molesta hacer. Puede decirse que carece de fuerza de voluntad: aún sabiendo que debe realizar determinada acción, termina retrasándola ya que prefiere quedarse descansando, viendo la TV, escuchando música, etc.
En España, la expresión más habitual es “hacerse el remolón”: “El delantero se hizo el remolón para no acudir al entrenamiento”, “No voy a dejar que nadie en esta compañía se haga el remolón”, “El diputado siempre se hace el remolón y no participa de las comisiones”.
El concepto vinculado a las muelas
Remolón, por último, puede proceder de muela y referirse a las puntas que marcan la terminación de las coronas de las muelas de un caballo o a ciertos colmillos de un jabalí que surgen como resultado de un desgaste anómalo durante la masticación. En el caso de los caballos, sus muelas y dientes deben ser examinadas para que el dentista se asegure de que su oclusión sea completa; si no lo es, entonces el equino engulle el grano entero, lo cual le genera problemas digestivos que pueden derivar en cólicos.
También es importante detectar la presencia de remolones en la boca de un animal, ya que éstos actúan como cuerpos extraños que provocan lesiones en las encías y la lengua.