Reproche es el acto que consiste en reprochar algo a alguien. Este verbo, por su parte, refiere a increpar o sermonear a otra persona, recriminándole algo.
Por ejemplo: «Estoy harta de tus reproches: siempre tienes alguna crítica para hacerme», «El reproche al jugador visitante por su actitud se hizo sentir en todo el estadio», «El único reproche que puedo hacerle es que no me haya regalado nada para mi cumpleaños».
Reproches en una pareja
El reproche, en definitiva, permite echar algo en cara. Tomemos el caso de una pareja heterosexual que cumple cuatro años de casada. Cuando llega el día del aniversario, el hombre se olvida de la fecha y no saluda a su esposa. La mujer, por lo tanto, le hace un reproche a su esposo, acusándolo de prestar más atención a su trabajo que a su matrimonio.
Este tipo de roces es muy común, tanto en el ámbito de las parejas heterosexuales como en el de las homosexuales, ya que parte de los factores que atraen a dos personas a formar una relación es el conjunto de diferencias de carácter e intereses, y muchas veces es necesario que una de las partes esté muy atenta a las fechas y los compromisos, para justificar que la otra no lo esté. Esto responde a un equilibrio que casi todos los seres vivos buscamos de manera natural.
Si bien es importante practicar la tolerancia, intentar entender que la otra persona no es igual a nosotros y que, por lo tanto, no podemos exigirle que piense o actúe como lo haríamos si estuviésemos en su lugar, lo más normal es que el reproche forme parte de una relación, ya sea de amistad o de pareja. Cuando las diferencias del otro tocan un punto de vulnerabilidad en nuestro esquema, nos genera una profunda molestia, una frustración, y por eso le echamos en cara su actitud.
Uso del término en otros ámbitos
Otro caso de reproche puede producirse cuando un jugador de fútbol es reemplazado por su entrenador en medio de un encuentro y el deportista no queda conforme con la situación. Al salir del campo de juego, le reprocha el cambio al técnico y le dice que se encontraba en perfectas condiciones para seguir jugando.
De manera similar al reproche en el ámbito de las relaciones interpersonales de amistad o pareja, el ejemplo anterior presenta a dos personas, cada una con sus respectivos intereses y con razones para haber tenido las actitudes que tuvo o para haber actuado como lo hizo; de esta manera, el reproche parece pasar por alto estas diferencias justas y necesarias entre dos personas.
Juicio de reproche
En el marco del sistema conocido como teoría del delito, se denomina juicio de reproche a una valoración que se realiza respecto al sujeto que incurrió en un delito. Se relaciona un hecho injusto con el individuo que lo cometió: es decir, se le atribuyen al responsable los efectos y los daños de su conducta ilegal, que debe ser penada de acuerdo a lo establecido por la ley.
Para que el castigo penal sea posible, la persona que cometió el delito debe tener comprensión de que el hecho que su accionar es contrario a las leyes. Quienes no tienen acceso a esta comprensión (por ejemplo, un demente), no son sujetos punibles. A través del juicio de reproche, se busca constatar el conocimiento sobre lo comprendido por el delincuente.
Es importante señalar que incluso cuando el sujeto está en condiciones de comprender la naturaleza ilegal de su accionar, existen dos situaciones particulares en las cuales no es posible ejecutar el concepto del juicio de reproche: si no tenía la posibilidad de actuar de otro modo; si haberlo hecho hubiera puesto su vida en peligro.