Restitución es un término con raíz etimológica en el latín restitutĭo. Se trata del proceso y el resultado de restituir (poner algo en el estado en el cual se encontraba con anterioridad, regresar una cosa a su dueño, hacer que un individuo vuelva a su sitio de origen).
Por ejemplo: “El gobierno impulsará una ley para la restitución de tierras a los pueblos originarios”, “La restitución del alcalde fue impugnada por todos los sectores de la oposición”, “El juez deberá decidir en los próximos días sobre la eventual restitución del menor a su familia”.
La restitución como devolución
La idea de restitución suele emplearse respecto a una devolución. Si tomamos los ejemplos anteriores, una ley para restituir las tierras a los pueblos aborígenes supondría que la propiedad de ciertos terrenos volviese a sus dueños originales. La restitución del alcalde, por su parte, implica que el mandatario recupere su cargo, mientras que la restitución de un menor a su familia representa que el niño vuelva a vivir con sus familiares.
Es sabido que muchos pueblos aborígenes han sufrido y continúan sufriendo un profundo desprecio por parte de los gobiernos que aseguran ser los actuales dueños de sus territorios. Descontentos con erigir culturas que aprendan a burlarse de la historia ajena, las autoridades llevan a cabo todo tipo de medidas abusivas para despojar a estas personas de sus tierras, usando la fuerza si lo creen necesario. Las diferencias en número y preparación para el enfrentamiento armado (cabe mencionar que los aborígenes no suelen estar a favor de usar la fuerza antes que la palabra) llevan a un inevitable fracaso, a pesar de los esfuerzos de algunos por conseguir la restitución definitiva de sus tierras.
Recuperación de la identidad
El concepto de restitución se emplea con frecuencia cuando se hace referencia a la recuperación de la identidad. En Argentina, durante la última dictadura militar (1973–1983) hubo miles de bebés que nacieron cuando sus madres se encontraban secuestradas y detenidas ilegalmente. Dichos niños fueron robados a sus madres y entregados a otras familias, por lo general sin que pudieran conocer su verdadera identidad.
De este modo, los organismos de derechos humanos hablan de la restitución de la identidad cuando se identifica a una de esas personas (hoy adultas) y se las pone en contacto con sus familiares de sangre.
Restitución y fotogrametría
Otro ámbito en el cual se utiliza la palabra restitución es la fotogrametría, una técnica que se utiliza para determinar las situaciones espaciales y las propiedades geométricas de objetos que hayan sido fotografiados. Entre los campos en los que se aplica la fotogrametría se encuentran la cartografía, la arquitectura, la agronomía, la arqueología y la reconstrucción de catástrofes por parte de los cuerpos de seguridad.
Cuando se utilizan dos fotografías por zona, es posible aprovechar los principios de la estereoscopía para tener una noción más precisa de la profundidad y las dimensiones de los elementos.
Un edicto de Fernando II de Habsburgo
Fernando II de Habsburgo fue una importante figura de la historia, y en su corta vida (1578 a 1637) ocupó más de un cargo real: fue Archiduque de Austria, Rey de Hungría y Emperador del Sacro Imperio Germánico. Luego de la Paz de Augsburgo (también conocida como Paz de las Religiones), un tratado que pretendía resolver el conflicto de la reforma protestante, Fernando II decidió promulgar el Edicto de la Restitución, ya que no se había quedado a gusto con la cantidad de tierras que había conseguido para su régimen.
Mediante dicho edicto se volvía ilegal secularizar tierras eclesiásticas y se exigía que las que hubieran sido secularizadas desde el año 1552 fueran restituidas. Del mismo modo, negaba la protección legal a los calvinistas. Si bien los príncipes estuvieron de acuerdo con gran parte de este decreto, dudaban de su legitimidad, y creían que se tratase de un paso hacia la monarquía absoluta por parte de Fernando II.