El sabor es la sensación que producen los alimentos u otras sustancias en el gusto. Dicha impresión está determinada en gran parte por el olfato, más allá de la respuesta del paladar y la lengua a los componentes químicos. Por eso cuando una persona está congestionada siente que los alimentos no tienen sabor (término que proviene del latín sapor).
Al ingerirse un alimento, los dientes y las muelas desmenuzan el contenido. Ese proceso desprende aromas que ascienden a la nariz a través de la faringe. Los sensores de la lengua, mientras tanto, también captan los sabores de las sustancias químicas.
La lengua y los sabores
Los sensores situados en la lengua se conocen como papilas gustativas. Cada persona tiene cerca de 10.000 papilas, capaces de detectar los sabores básicos (salado, dulce, ácido o amargo). Los olores, en cambio, son muchos más variados.
Es interesante saber que además de estos diferentes sabores que hemos expuesto, también es frecuente que, debido a la alimentación que tienen y a las especias que utilizan a la hora de elaborar sus platos, cada zona del mundo se identifique más con unos sabores que con otros.
Así, por ejemplo, en la parte occidental se consideran que son cuatro fundamentalmente los sabores que se pueden encontrar en la mesa cuando llega la hora de comer: el dulce, el salado, el ácido y el amargo.
En el caso de Oriente, a los expuestos se añaden otros más como sería, el caso, por ejemplo, del astringente. Este podemos establecer que es un sabor que está representado en alimentos tales como el té o la granada.
Todo ello sin pasar por alto que determinadas gastronomías, como sería el caso de la mexicana, se asocian de manera irremediable con el sabor picante. Y es que sus recetas más típicas contienen elementos tales como la pimienta o el chile.
El retrogusto
Se habla de retrogusto para referirse al sabor que aparece cuando la sustancia química de la sustancia ya no se encuentra en las papilas gustativas. Cabe destacar que el sabor es la base de la industria alimentaria; por eso los productores emplean todo tipo de condimentos, saborizantes y aromatizantes para resaltar los sabores.
El organismo reacciona de distintas formas frente al sabor. Ante una sustancia muy ácida, por ejemplo, se produce una excesiva salivación en la boca con la intención de diluir el efecto.
Otros usos del término sabor
Sabor, en otro sentido, es la impresión que algo produce en el ánimo y la propiedad de ciertas cosas de parecerse a otras debido a sus características: «Se trata de una obra de sabor posmoderno», «El empate dejó un mal sabor al equipo local».
En este sentido, hay que resaltar la existencia de una locución verbal que se utiliza con mucha frecuencia dentro de lo que es el lenguaje coloquial. Nos estamos refiriendo a «dejar a alguien mal sabor de boca». Con ella lo que se intenta expresar es que un hecho concreto ha propiciado que la persona que lo haya vivido no tenga un buen recuerdo.
Así, un ejemplo, de ese significado podría ser el siguiente: «La conversación con su ex novio, dejó a Eva un mal sabor de boca ante la tirantez y la superioridad que él mostró en todo momento».