
La metodología scrum favorece la adaptabilidad.
Scrum es una metodología ágil que orienta el trabajo en equipo para una gestión de proyectos exitosa. Se trata de un marco que otorga preponderancia a la flexibilidad, la innovación y el aprendizaje de las experiencias.
El uso del scrum se asocia principalmente al desarrollo de software. No obstante, estas técnicas también se emplean en distintos procesos productivos y de ingeniería.
Hay que tener en cuenta que el término no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto procede de la formación o jugada del rugby que en España se conoce como melé.


Historia del scrum
La historia del scrum comenzó en la década de 1980 gracias al trabajo de los economistas y profesores japoneses Hirotaka Takeuchi e Ikujiro Nonaka. Estos autores estudiaron cómo llevaban a cabo el desarrollo de productos compañías como Epson, Canon, Hewlett-Packard y 3M. En este marco, advirtieron que estas empresas apostaban por un trabajo en equipo que avanzaba de un modo similar a los rugbiers en un scrum o melé.
De acuerdo a Takeuchi y Nonaka, el scrum es muy valioso en un contexto de inestabilidad. A través de la asunción de distintos roles y de prácticas específicas, se puede trabajar para conformar una estructura flexible y que ofrezca respuestas inmediatas ante los cambios del entorno.
Los preceptos de estos expertos nipones fueron adoptados por Jeff Sutherland y Ken Schwaber en 1995, cuando presentaron un conjunto de pautas para desarrollar programas informáticos. Dicha presentación tuvo lugar en la conferencia Object-Oriented Programming, Systems, Languages & Applications (OOPSLA) organizada por la Association for Computing Machinery (ACM).
Como ya indicamos, el método scrum con el tiempo pasó del software a otros ámbitos, popularizándose como un sistema útil para gestionar un equipo de desarrollo o distintos tipos de proyectos.

Aunque surgió en el desarrollo de software, hoy se aplica scrum en sectores no tecnológicos.
Sus características
El scrum apuesta por un desarrollo en el cual las distintas etapas se superponen. Es decir: no comienza una cuando finaliza la otra, sino que pueden solaparse.
En este marco, se promueve un desarrollo de tipo incremental, sustentado por un aprendizaje iterativo derivado del propio accionar. Otra particularidad del scrum es que privilegia el conocimiento implícito (aquel que una persona tiene y puede utilizar pero que no está en condiciones de explicar).
Para la aplicación del scrum, se asignan roles en el equipo. Quien tiene que impulsar la adopción de las prácticas es el scrum master. Asimismo hay un product owner que representa a las distintas partes interesadas.
Los sprints del scrum
El scrum se organiza en periodos llamados sprints, cuya extensión es variable. A medida que se suceden los sprints, avanza el desarrollo del producto.
Debe considerarse que esta fases se acuerdan en una reunión de planificación del sprint, donde en un documento se registran los requisitos que debe tener el producto (el product backlog, centrado en la demanda del cliente). Es el product owner quien debe transmitir la información del backlog del producto al equipo de desarrolladores. Éstos, a su vez, acuerdan el backlog del sprint.
En todo este proceso, se van realizando las adaptaciones correspondientes. A medida que se suceden las iteraciones es importante exhibir los resultados logrados al cliente o al responsable del producto.
Hay que indicar que diariamente se lleva a cabo una reunión (daily scrum) para repasar lo realizado y generar una retroalimentación entre los miembros del equipo. La idea es detectar las dificultades y reorientar, si es necesario, las actividades.
Una vez concluido el sprint, se organizan dos encuentros. La revisión del sprint posibilita la presentación de las tareas realizadas, mientras que la retrospectiva del sprint es un espacio para que los integrantes del equipo expongan sus opiniones sobre la etapa.

El liderazgo en scrum lo asume el scrum master.
La definición de «hecho» o «terminado»
Definir en qué momento un producto o proyecto está «hecho» o «terminado» es muy importante en la metodología scrum. Dado que el modelo está basado en la mejora continua y en el desarrollo iterativo, resulta clave determinar cuándo el equipo da por concluida la labor, al menos en una instancia.
En inglés se utiliza la idea de definition of done (DoD). Esa DoD, que debe ser acordada por el equipo de scrum, puede asociarse a una prueba exitosa del producto o a la disponibilidad del mismo para su lanzamiento, por ejemplo.
Los especialistas subrayan que, si bien no hay un único parámetro para determinar aquello que está «terminado», sí es imprescindible que todos los miembros tengan conocimiento sobre lo estipulado. Esa definición tiene que servir como referencia.
Ejemplos de scrum
Varias de las compañías más importantes del mundo han adoptado la metodología scrum. Un ejemplo es Microsoft, que organiza sus equipos según estos principios para acortar el ciclo de desarrollo, lograr flexibilidad y optimizar la calidad.
La forma de trabajo de Google también se constituye como un ejemplo de scrum. En su estrategia ágil para distintos proyectos apela a estos preceptos para la gestión de calidad y la comunicación efectiva de sus trabajadores.