Ser es un concepto con varias acepciones, de uso muy frecuente, aunque con una definición que puede resultar algo complicada de entender.
En primer lugar, podemos decir que ser es un verbo copulativo: permite construir la predicación nominal, vinculando el sujeto con un predicado. En este caso, el término ser no aporta significado semántico, sino que actúa como nexo. En ocasiones, ser también se convierte en un verbo abstracto (sin significado concreto).
Por ejemplo: “Me gustaría ser invisible para recorrer la sala de reuniones sin ser visto”, “¡Esto no puede ser! Ordena tu habitación ahora mismo”, “Cuando sea grande quiero ser bombero”.
Ser como criatura o ente
El concepto de ser también se asocia a una criatura o a un ente. Aquello que “es” tiene existencia real; forma parte de la realidad, ya sea física o simbólica. Por eso existen muchos conjuntos o clasificaciones que se crean a partir de la idea de ser.
El ser humano es el Homo sapiens, una especie animal que integra la familia de los homínidos. Todas las personas somos seres humanos: en otras palabras, somos Homo sapiens. El ser humano, además, es un ser vivo ya que tiene vida.
El grupo de los seres vivos trasciende largamente al ser humano. Todos los animales, las plantas, las bacterias, los hongos y los protozoos son seres vivos.
Desde el terreno de la ficción también se habla de seres. De este modo, hay escritores que imaginaron seres de energía, seres cósmicos, seres extraterrestres, etc.
La identidad
Ser es un concepto que también abarca muchas cuestiones simbólicas. Ser uno mismo implica tener autoconciencia de la propia identidad y respetar la personalidad.
Suele considerarse que en el ser subyace una esencia. La autenticidad el Yo está dada por el respeto de esa esencia, que puede asociarse a la conciencia, el alma o el espíritu (es decir, va más allá del cuerpo).
Hay cuestiones del ser que son intransferibles: las emociones, los pensamientos, la memoria… Si bien se pueden expresar, hay una subjetividad que no se puede trasladar. El temperamento y el carácter de un individuo también hacen a su ser.
El ser vivo
La idea de ser vivo, si bien contempla lo simbólico o espiritual mencionado anteriormente en el caso de los humanos, está vinculada directamente a la condición de mortal. Desde su nacimiento, una persona avanza hacia a la muerte: no hay manera de evitar ese final.
La infancia, la juventud, la adultez y la vejez son la etapas de la vida que un ser humano atraviesa cuando no sufre una muerte prematura. Si una enfermedad deteriora la salud, es posible que la vida finalice antes de que se completen todas las etapas. Lo mismo ocurre en el caso de un fallecimiento por causas violentas o accidentales.
Lo que siempre hay que considerar es que los seres vivos existen, en el sentido material o corporal, solo un tiempo. La naturaleza marca que el deceso siempre se produce, tarde o temprano. El progreso de la ciencia, de todos modos, permite que la vida se vaya extendiendo en el tiempo, ampliando el tiempo de permanencia en el plano terrenal.
Dicho de otro modo: todo ser vivo va a morir, pero la llegada de ese momento no está predefinida y puede variar por múltiples factores. En lo que respecta al ser humano, por lo general hay un deseo de aplazar el final todo lo posible.
Una frase célebre
A lo largo de la historia han existido numerosas frases célebres que han utilizando este verbo que nos ocupa como parte fundamental de las mismas. Este sería el caso, por ejemplo, de la emblemática “ser o no ser, esa es la cuestión”. Se trata de la primera línea de una de las obras literarias más importantes de toda la historia: “Hamlet”, escrita por el británico William Shakespeare en 1600.
De la misma forma, no podemos pasar por alto que hay distintas películas que la utilizan en sus títulos. Un ejemplo es el largometraje “Ser o no ser”, que se estrenó en 1942 y que estuvo dirigido por Ernst Lubitsch.
Carole Lombard y Jack Benny fueron los actores protagonistas de la producción que tomaba como escenario la Segunda Guerra Mundial y más concretamente, a nivel físico, Varsovia, que en ese momento estaba bajo la dominación nazi. En concreto, narra la historia de unos protagonistas que harán todo lo que esté en sus manos para conseguir evitar que un espía de la Gestapo pueda entregar una lista con el nombre de todas las personas que están formando parte y respaldando a la Resistencia.
SER como denominación
SER también es el nombre de una estación radial de España, de una revista de Nicaragua y de una marca argentina.
Todo eso sin olvidar tampoco que SER da forma a las siglas de la Sociedad Española de Reumatología, que es una asociación sin ánimo de lucro que impulsa no sólo el conocimiento de las distintas patologías reumáticas sino también busca fomentar su investigación y los trabajos en relación con la materia.