Calificar a una persona como «sesuda» puede hacer referencia a su gran inteligencia.
El adjetivo sesudo se utiliza para calificar al individuo que se destaca por su sensatez y prudencia. El sujeto sesudo tiende a reflexionar y estudiar antes de tomar decisiones y para comprender lo esencial de las cosas.
TemasDiferentes usos
No solo las personas pueden recibir la calificación de sesudas. El término también se aplica a expresiones, planteos, propuestas, libros y cualquier otro elemento en el cual puede detectarse un importante trabajo intelectual o analítico detrás.
Por ejemplo: “El sesudo planteamiento del científico fue seguido con dificultad por los dirigentes políticos”, “El entrenador realizó un sesudo análisis del partido, examinando diferentes cuestiones tácticas”, “Me gustan los periodistas sesudos, aquellos que intentan explicar las causas y las consecuencias de las noticias y no se limitan a comunicarlas como hechos aislados”.
Tanto el primero como el segundo ejemplo nos presentan un uso de la palabra sesudo que se refiere a una cosa, y no a una persona. En el primero se trata de un planteamiento que emite un científico en un contexto en el cual sus interlocutores, un grupo de dirigentes políticos, no son capaces de entenderlo al cien por ciento. El segundo, describe de este modo un análisis expuesto por un entrenador deportivo. En ambos casos, no debemos olvidar que la persona autora de las ideas también es adjetivada por este término, aunque más no sea de forma indirecta.
Por último, tenemos una oración que destaca el trabajo de los periodistas que se dedican a analizar a fondo las noticias antes de transmitirlas, en lugar de tomarlas como historias unidimensionales, carentes de contexto. Quien encara su profesión de manera sesuda usa su cerebro más allá de las indicaciones que reciba por parte de sus superiores, analiza sus posibilidades antes de tomar una decisión, reflexiona acerca de los resultados que obtiene a cada paso con la intención de mejorar. Podríamos decir que es una actitud que beneficia a todas las partes involucradas: mantiene activa la mente de quien la exhibe, mejora el rendimiento de su empresas y los productos o servicios que recibe el consumidor.
Buen juicio
Puede decirse que alguien sesudo evidencia buen juicio al actuar. Supongamos que un joven se encuentra en la calle con un amigo, quien lo invita a salir esa misma noche de viaje rumbo a una playa. En un primer momento, el muchacho queda encantado con la idea, ya que le gustaría tomarse un descanso. Sin embargo, pronto piensa en sus obligaciones académicas y laborales y considera que no sería razonable abandonarlas de repente debido a que esa decisión podría traerle consecuencias negativas. Así, sesudo, opta por rechazar la propuesta de su amigo.
En este caso, podemos decir que sesudo actúa como sinónimo de diferentes palabras, dependiendo de la situación, entre las que se encuentran «práctico», «realista» y «responsable». La persona que toma una decisión como la del ejemplo anterior es capaz de anteponer la razón a los sentimientos durante unos segundos para analizar fríamente la situación, teniendo en cuenta las potenciales consecuencias de sus actos, y toma una decisión que le permite mantener el equilibrio de su vida.
Un trabajador sesudo cumple sus tareas con responsabilidad e iniciativa.
Gran inteligencia
También es habitual que se mencione como sesudo a aquel que muestra una gran inteligencia o un amplio bagaje cultural: “Tras varios años de trabajo, una sesuda genetista realizó un descubrimiento trascendental sobre el funcionamiento del ADN”.
Cabe señalar que cuando usamos la palabra sesudo para hacer referencia a la inteligencia o los conocimientos de una persona, no siempre podemos cuantificar dicho atributo. Es decir, no es lo mismo un halago por parte de un colega de dicha genetista, de alguien que entienda su trabajo y pueda describir sus avances científicos, que el de alguien completamente ajeno a su campo que simplemente lee acerca de ella en un periódico y la califica como sesuda.
