Un vocablo griego derivó en el término latino syllăba y éste, en la palabra sílaba. La noción refiere a aquellos sonidos que, a partir de una cierta articulación, componen un mismo núcleo fónico, ubicado entre depresiones contiguas de la voz.
Es posible definir una sílaba, por lo tanto, como una división fonológica de una palabra. Es decir: las palabras se dividen en diferentes unidades conocidas como sílabas. En las sílabas, a su vez, se puede distinguir entre el ataque silábico, el núcleo silábico y la coda silábica.
El ataque o arranque silábico es la parte que precede al núcleo silábico (el sector que dispone de la intensidad sonora mayor). Tras el núcleo silábico, se encuentra la coda silábica. La sílaba, por lo tanto, se compone por la siguiente sucesión: ataque silábico – núcleo silábico – coda silábica.
Sílabas y fonemas
Uno de los conceptos que se relacionan íntimamente con el de sílaba es el fonema. Se trata de la mínima articulación posible de un sonido de vocal o consonante en un idioma. Además, un fonema es una unidad teórica fundamental que sirve para el estudio de un idioma desde un punto de vista fónico-fonológico.
En resumen, un fonema es la unidad más pequeña en la que podemos fragmentar los sonidos de un idioma. Para poder determinar si nos encontramos frente a un fonema se vuelve necesaria una función distintiva, sonidos de la lengua que nos ayuden a diferenciar una palabra de otra. De este modo, podemos decir que [b] y [p] son, en efecto, fonemas de nuestro idioma, ya que hay términos como /bote/ y /pote/, cuyo significado es diferente y su pronunciación sólo varía respecto a dichos sonidos.
Mientras que el núcleo de la sílaba se forma por un diptongo o una vocal, el ataque se compone de no más de dos fonemas (y, en algunos, ni siquiera aparece). La coda, por su parte, puede estar compuesta por uno o dos fonemas.
Distintas clasificaciones de las palabras
La división de una palabra en sílabas es muy importante ya que determina cómo se deben “cortar” las palabras escritas cuando finaliza un renglón. Esta división está vinculada a los diptongos y los hiatos.
Si una palabra tiene una única sílaba, se la define como monosílaba. Ese es el caso de palabras como pan, sol y tos. Las palabras que disponen de dos sílabas son bisílabas (pato, rana, subir); las de tres sílabas, trisílabas (panqueque, terreno, pelado); las de cuatro sílabas, tetrasílabas (teléfono, papelera, edificio), etc.
Nuestra lengua cuenta con reglas para la acentuación de las palabras, que tienen en cuenta el número de las sílabas o sus características. A pesar de ello, una de las faltas de ortografía más comunes consiste en olvidar una tilde o bien usarla cuando no se debe.
Las sílabas y los idiomas
La sílaba es uno de esos conceptos que resultan fundamentales en nuestra lengua y que a veces nos llevan a asumir que también lo son para el resto. Sin embargo, así como existen idiomas sin acentos ortográficos, y otros con acento tonal en lugar de léxico, también hay algunos en los cuales la sílaba no se concibe de la misma manera, ya sea porque posee más o menos importancia, o bien porque no existe la posibilidad de usarlas para cortar una palabra si no cabe en un renglón.
El japonés, por ejemplo, es un idioma muy diferente al nuestro, y en su caso las sílabas poseen un valor mucho más alto que las nuestras, ya que en general aportan un significado propio a las palabras. Si bien en castellano contamos con los prefijos y los sufijos, así como con raíces de otras lenguas que muchas veces pueden ayudarnos a comprender el origen de ciertos términos, en japonés no es necesario remitirse a un diccionario de etimología para entender los componentes de una palabra, ya que éstos suelen ser otras palabras, también vigentes.