El vocablo griego syllogistikós derivó en el latín syllogistĭcus, que es el antecedente etimológico más cercano de silogístico. Este adjetivo permite calificar a aquello vinculado al silogismo.
Silogismo
La noción de silogismo alude a un argumento compuesto por tres proposiciones. De esas proposiciones, la tercera surge necesariamente por deducción a partir de las dos primeras.
La argumentación silogística, en este marco, sigue este método. A dicha estructura se la conoce como forma silogística.
Puede decirse, por lo tanto, que la forma silogística contempla tres proposiciones: dos premisas y una conclusión, la cual se deduce de las otras. Esta es la base de la lógica aristotélica, desarrollada por el griego Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.) y considerada como la columna vertebral del pensamiento científico.
La veracidad
Es importante tener en cuenta que, si bien la forma silogística puede ser correcta desde un punto de vista lógico, la veracidad de la conclusión no está garantizada si no se respetan determinadas reglas de las premisas y sus términos. Supongamos que un razonamiento parte de esta premisa: “Todos los argentinos son sudamericanos”. Luego se sigue con otra premisa: “Hay sudamericanos que son brasileños”. Siguiendo la lógica, se podría llegar a la conclusión: “Por lo tanto, hay brasileños que son argentinos”. En este caso, la forma silogística se cumple a nivel general, pero la conclusión no es verdadera (descontando la posibilidad de que un brasileño también tenga la nacionalidad argentina).
Veamos ahora una argumentación silogística cuya conclusión es verdadera:
Premisa Nro. 1: “El ser humano no puede volar”
Premisa Nro. 2: “Las águilas vuelan”
Conclusión: “Por lo tanto, las águilas no son seres humanos”
Elementos y estructura
Hasta el momento hemos visto las características generales de la silogística y la relación que existe entre las premisas. Veamos a continuación sus elementos en un mayor grado de detalle. En primer lugar tenemos tres términos: el sujeto, el predicado y el medio, que se representan con las letras S, P y M, respectivamente. Luego viene el antecedente, que se compone de dos juicios denominados premisas. Por último está el consecuente, que es la conclusión a modo de juicio de todo lo anterior.
Desde el punto de vista de la estructura, podemos agrupar estos elementos en las siguientes tres partes:
* premisa mayor: es el juicio que contiene el predicado de la conclusión, que se compara con el término medio;
* premisa menor: aquí tenemos el término menor de la conclusión, que también se compara con el medio;
* consecuente: también llamado conclusión, es el juicio que deriva de afirmar o negar (unir o separar) la relación que hay entre el sujeto y el predicado.
Hay varios conceptos claves, que se repiten a lo largo de toda la definición: los juicios, de los cuales surgen las premisas; los términos, que tras relacionarse constituyen el argumento.
Propiedades de los términos
Al hablar de los términos debemos considerar su extensión, que hace referencia a una cantidad. Tanto el sujeto como el predicado y el término medio se pueden tomar en su extensión universal como en su extensión particular. La silogística entiende esto de la siguiente manera: el primero abarca la totalidad de los individuos a los que se pueda referir el concepto; el segundo, en cambio, abarca un grupo limitado.
Por otro lado tenemos la relación o cualidad que se da entre los términos. Esta puede ser afirmativa (de unión) o negativa (de separación), según se pueda afirmar que S es P o lo contrario, respectivamente. Volviendo a la extensión, debemos señalar que el predicado de una afirmación posee una extensión particular en todos los casos, mientras que el de una negación tiene una universal.