El sistema cardiovascular abarca aquellas estructuras que permiten la circulación sanguínea y linfática. El concepto puede utilizarse como sinónimo de aparato circulatorio.
Un sistema es una estructura organizada de componentes que mantienen interrelaciones. Estos componentes pueden ser físicos o simbólicos. Cardiovascular, por su parte, es un término vinculado al corazón y al aparato circulatorio.
Funcionamiento del sistema cardiovascular
En concreto podemos establecer que en el funcionamiento correcto del sistema cardiovascular influye no sólo la sangre y el corazón sino también los correspondientes vasos sanguíneos y el sistema linfático. Este último se caracteriza por el hecho de que funciona como sistema de transporte tanto para la regulación de los líquidos extracelulares como para las defensas y los ácidos grasos.
En el caso de los vasos sanguíneos estos pueden clasificarse en arterias elásticas, arteriolas, arterias musculares, capilares, venas y vénulas.
A través de sus funciones, el sistema cardiovascular hace que las células reciban nutrientes y otras sustancias. Por otra parte, los componentes del sistema se encargan de recolectar los residuos del metabolismo que más tarde se eliminan a través del aire expulsado durante la respiración y de la orina.
Capas fundamentales
No menos importante es determinar que en el proceso de trabajo del sistema cardiovascular se convierten en elementos básicos y escenarios fundamentales tres capas:
- Interna. Esta es la que se conoce por el nombre de endocardio en lo que es el corazón e íntima en los vasos sanguíneos. Ejerce básicamente como unidad metabólica.
- Media. En el corazón es llamada miocardio y se compone de fibras musculares de diversa tipología.
- Externa. Adventicia es el nombre que tiene en los mencionados vasos sanguíneos mientras que en el corazón es llamada epicardio.
Circulación de la sangre en el sistema cardiovascular
Es posible dividir la circulación de la sangre en dos grandes ciclos: la circulación mayor, general o sistemática y la circulación menor, central o pulmonar. La circulación mayor se inicia en el ventrículo del corazón que está situado en el lado izquierdo, pasa por la arteria aorta y las ramas arteriales y llega al sistema capilar, en el que desemboca en una de las venas cavas para regresar oxigenada al corazón.
La circulación menor, por su parte, comienza en el ventrículo derecho, atraviesa la arteria pulmonar, se oxigena en los capilares alveolares y regresa al corazón a través de las venas pulmonares.
El circuito completo del sistema cardiovascular, por lo tanto, empieza en el ventrículo izquierdo y recorre la arteria aorta; las arterias y los capitales sistémicos; las venas cavas; la aurícula derecha; el ventrículo derecho; la arteria pulmonar; las arterias y los capilares pulmonares; las venas pulmonares; la aurícula izquierda; y regresa al ventrículo izquierdo.
Enfermedades habituales
Además de todo lo expuesto hay que subrayar también que existe un amplio número de enfermedades que afectan al sistema cardiovascular. Entre ellas destaca, por ejemplo, el infarto agudo de miocardio que es comúnmente conocido como ataque de corazón.
No obstante, entre las más frecuentes patologías que afectan a dicho sistema se encuentran también la angina, la apoplejía, la ateroesclerosis, la insuficiencia cardíaca congestiva y el aneurisma. Este consiste en un dilatación de uno de los vasos sanguíneos que se produce como consecuencia de un debilitamiento de lo que es la pared vascular.