Sotavento es un término que se emplea en un contexto marítimo para designar al sector opuesto a donde sopla el viento en relación a un cierto punto. La palabra tiene su origen en dos vocablos latinos: subtus (traducido como “debajo”) y ventus (que significa “viento”).
La noción de sotavento, por lo tanto, se contrapone a la idea de barlovento, que es la zona o área por donde entra el viento en relación a un lugar específico.
El sotavento en la navegación
La climatología y la geografía física suelen valerse de la idea de sotavento para señalar el sentido marcado por los vientos dominantes. Quienes navegan a vela, mencionan como sotavento al lado opuesto de donde incide el viento en la embarcación.
Tomando como punto referente el centro de una barca a vela, si el viento soplara en dirección Sur, el sotavento sería la región ubicada justamente al Sur de la nave, detrás de la vela y, por esa razón, al resguardo del viento. El barlovento, por otro lado, se encontraría al Norte, delante de la vela, justo en la cara donde el viento impactaría.
Cabe destacar que se considera al viento de barlovento como más fácil de maniobrar. Por lo tanto, los barcos de sotavento tienen derecho sobre los barcos de barlovento cuando se cruzan en medio de la navegación, de acuerdo a los reglamentos internacionales.
Su impacto en los barcos de guerra
En el caso de los barcos de guerra, estos conceptos son muy importantes, dado que cuando los vientos soplan con fuerza, resulta imposible mantener las naves balanceadas, ya que tenderán a inclinarse en alguna dirección. Quien se ubique a sotavento correrá con desventaja, dado que sus cascos quedarán expuestos frente a los enemigos y, además, tendrán mayores riesgos de llenarse de agua y ser sumergidos sin poder hacer nada.
Por el contrario, aquellos que naveguen a barlovento tendrán un mayor nivel de control sobre la nave, la cual a su vez estará más protegida de los ataques y podrá retirarse con facilidad cuando lo necesite.
Conocer el sotavento
La vida de los navegantes es muy particular y generalmente se resume en «dura» por quienes no lo han experimentado en carne propia. Por un lado, es cierto que la falta de contacto con tierra firme durante prolongados períodos de tiempo resulta traumatizante para muchas personas, y puede generar sensaciones tales como una profunda confusión e incluso depresión. Sin embargo, se trata de una cultura muy rica y que, en el mejor de los casos, conlleva una gran responsabilidad y capacidad de organización, dada la evidente escasez de recursos que se vive en el medio del océano.
Un profundo conocimiento del viento y de todos los conceptos que con éste se relacionan resulta esencial a la hora de embarcarse en un viaje serio. A diferencia de un trayecto recorrido en coche, que se puede planear de acuerdo a las rutas disponibles y cuyos únicos obstáculos pueden ser un embotellamiento o que una zona se encuentre momentáneamente cerrada por reformas, el mar presenta desafíos mucho mayores e impredecibles, y no siempre el camino más evidente es el mejor.
Cuando un grupo sale de caza, por otra parte, los cazadores intentan situarse en sotavento respecto a su presa. De esta manera, el olor de las personas no llegará hasta a la presa, a la que podrán acechar sin ser descubiertos. Los animales predadores utilizan la misma lógica e intentan situarse en posición de sotavento respecto a su presa.
Un grupo de islas
Las Islas de Sotavento, por su parte, son un grupo de islas situadas en las Antillas Menores, cuyo dominio se reparten Venezuela y los Países Bajos.
Entre las Islas de Sotavento venezolanas, pueden nombrarse a Margarita, el archipiélago Los Roques y Cayo Herradura. Los Países Bajos, en cambio, ejercen el dominio sobre Islas de Sotavento como Aruba y Curazao.