Una startup debe contemplar distintas estrategias de monetización.
Una startup es una empresa emergente que aspira a lograr un crecimiento rápido gracias a la innovación tecnológica. Se caracteriza por su modelo de negocio escalable y su elevado riesgo.
Cabe destacar que el término startup no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). Para comprender el significado, podemos centrarnos en las definiciones del sustantivo empresa (una entidad que desarrolla actividades comerciales o industriales con la finalidad de obtener ganancias) y el adjetivo emergente (que alude a aquello que emerge, aparece, asoma o sobresale).
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ResumenCaracterísticas de una startup
Una startup es una compañía que fue creada recientemente por un emprendedor o un conjunto de personas que apuestan a la tecnología como instrumento para crecer de forma acelerada. Dicha velocidad está asociada a la escalabilidad: la posibilidad de desarrollarse en magnitud, adaptándose a ese progreso continuo sin que se modifique la calidad del servicio o producto.
Por lo general, las startups se inician con una inversión inferior en comparación a las empresas tradicionales. Asimismo tienen costos más bajos. Debido a su perfil innovador y a su apuesta por el crecimiento exponencial (scale-up), las startups están sometidas a una gran incertidumbre y operan en entornos de alto riesgo.
Su surgimiento está asociado a una idea novedosa; sus operaciones, en tanto, se sustentan en la utilización de tecnologías de la información y la comunicación (TIC). De este modo, pueden reinventar productos o servicios o brindar una solución hasta entonces inexistente.
La valoración empresarial de una startup puede basarse en la cantidad de clientes o usuarios, su ritmo de crecimiento u otros factores.
La financiación
Como cualquier tipo de compañía, una startup necesita inversiones para comenzar sus operaciones. La financiación inicial (seed funding) puede ser provista por un fondo de capital de riesgo o por un inversionista ángel, quien aporta dinero a cambio de obtener una participación accionaria (equity).
Otra posibilidad no tan frecuente es el financiamiento propio (bootstrapping), donde los propios emprendedores aportan los recursos. También existe la chance de recurrir a una financiación colectiva (crowdfunding).
Es importante indicar que una startup puede recurrir en sus inicios a una incubadora o una aceleradora. Las incubadoras son organizaciones que cooperan con los emprendedores para que puedan concretar sus ideas. En ese periodo de incubación las startups tienen acceso a asesoramiento y formación y pueden aprovechar distintas infraestructuras. Las aceleradoras, en tanto, apuntan a potenciar el crecimiento a través de redes de vínculos con inversores, mentorías y otras propuestas.
La adaptabilidad es una de las características habituales de las startups.
Tipos de startups
Las startups pueden clasificarse de distinto modo según sus características. Las startups escalables son las más habituales: su idea puede ser reproducida en distintos contextos, brindando el mismo servicio independientemente del lugar geográfico. Sectores como la tecnología financiera (fintech), el mercado en línea (marketplace), el comercio electrónico (e-commerce), la tecnología inmobiliaria (proptech) y la tecnología sanitaria (healthtech) son propicios para el desarrollo de startups escalables.
Un startup primaria, por otra parte, intenta forjar su propia identidad y consolidarse en el mercado por sí misma. Un startup comprable, en cambio, es impulsada con la intención de que la idea de negocio sea adquirida por otros inversores. Otro tipo de startup es la startup secundaria, que es una área o una unidad de una compañía.
La clasificación también puede darse de acuerdo al valor. Puede tratarse de un unicornio (empresa valorada en más de 1.000 millones de dólares) o un decacornio (valoración de 10.000 millones), por ejemplo.
Diferencias con las pymes
Es frecuente que el concepto de startup se confunda con la noción de pyme. Antes de avanzar, es importante saber que pyme es el acrónimo de pequeña y mediana empresa: una compañía que dispone de una cantidad acotada de trabajadores y cuya facturación no es muy grande.
Como ya indicamos, las startups son emprendimientos de reciente creación; una pyme, en cambio, puede tener una trayectoria de décadas. Las startups, por otra parte, pretenden llegar a un público masivo e incluso cautivar al mercado global, mientras que las pymes suelen satisfacer necesidades locales.
Mientras que en las startups el financiamiento suele ser externo, las pymes generalmente se fundan con capital propio o a través de créditos. Las startups, finalmente, pueden alcanzar un gran desarrollo y generar ingresos millonarios, a diferencia de las pymes, que son unidades de negocio de desarrollo limitado.
Ejemplos de startups
Entre los ejemplo de startups podemos destacar a Airbnb. Sus fundadores fueron Nathan Blecharczyk, Joe Gebbia y Brian Chesky, quienes compartían el alquiler de un departamento (apartamento) en San Francisco. En 2008, un aumento del alquiler (renta), hizo que Blecharczyk -uno de los cofundadores- tuviera que dejar su habitación. Entonces a Gebbia y Cheski se les ocurrió alquilar su habitación a personas que asistían a un congreso de diseño en la ciudad. Ese fue el punto de partida de la startup que en una primera etapa contó con el apoyo de la incubadora Y Combinator y luego recibió financiamiento de Sequoia Capital, Greylock Partners y otros fondos de inversión. Con su modelo disruptivo, Airbnb logró una rápida expansión.
Otro ejemplo de startup es Canva. Fundada en 2013 en Perth (Australia), ofrece herramientas de diseño gráfico a través de Internet. Su facilidad de uso le permitió crecer con rapidez, recibiendo fondos de Hostplus, General Catalyst y Blackbird Ventures, entre otros.
A modo de ejemplo podemos nombrar también a Ualá, una startup tecnológica argentina de servicios financieros creada por Pierpaolo Barbieri en 2017. Tiene más de 6 millones de usuarios y entre sus inversionistas se encuentra Point72 Asset Management.
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