La información alojada en el subconsciente no está disponible desde la consciencia.
Subconsciente es aquello que forma parte de la subconsciencia. Se llama subconsciencia, en tanto, al estado de la consciencia en el cual una persona tiene un conocimiento mínimo de las percepciones debido a su escasa duración e intensidad.
TemasDebajo de la consciencia
Lo subconsciente, por lo tanto, se sitúa por debajo del nivel de la consciencia. Esto hace que resulte inaccesible o que sólo pueda alcanzarse con dificultad.
Es importante aclarar, de todos modos, que el término ya no se emplea con frecuencia en el terreno de la psicología. La noción suele usarse en el lenguaje coloquial respecto a aquellos contenidos mentales que, por estar reprimidos, son de acceso complicado.
Qué información almacena
El ser humano almacena información en su subconsciente aunque no logra disponer de ella con facilidad. Lo que no se desea recordar de forma consciente, como una experiencia traumática o un deseo reprimido, puede terminar alojado en el subconsciente.
Esto debemos tenerlo en cuenta cada vez que alguien, nosotros mismos incluidos, asegura no recordar algo que en realidad vivió o le contaron, ya que probablemente se haya alojado en el subconsciente. Si bien hasta el momento los científicos no han conseguido entender al cien por ciento los límites del cerebro, sí saben que almacena mucha más información de la que imaginamos. En su inmensa capacidad se encuentran millones de recuerdos, muchos de los cuales creemos haber perdido o ni siquiera haber creado.
Digamos que tenemos a nuestra disposición un gran espacio dividido en dos partes, para guardar los datos que vamos recogiendo y procesando según corresponda: lo que deseamos usar, en la consciencia, y el resto, en el subconsciente. Claro que esto no podemos hacerlo voluntariamente, otra característica fascinante de nuestro cerebro que, en general, actúa para protegernos y mantenernos en pie.
Analogía del iceberg
Muchas veces se explica el vínculo entre el subconsciente y la consciencia a través de la imagen de un iceberg. La consciencia es la parte superior que emerge sobre el agua; el subconsciente, aquello que existe pero no se puede apreciar a simple vista porque está bajo la línea de flotación.
Como mencionamos más arriba, en el subconsciente el cerebro almacena todo aquello que no quiere dejar salir, que espera no encontremos porque podría hacernos daño o entorpecer nuestro desempeño en la sociedad. Sin embargo, como veremos a continuación, de la base de este iceberg muchas veces se desprenden pequeñas piezas que alcanzan la superficie.
Expresiones del subconsciente
De acuerdo a los especialistas, el subconsciente influye en la consciencia. Por eso las decisiones que tomamos de manera consciente pueden, en realidad, estar dirigidas por el subconsciente (que, a su vez, puede o no estar en sintonía con el plano consciente).
Los llamados lapsus linguae (errores involuntarios del habla) y los sueños son expresiones del subconsciente. Así, para acceder al subconsciente, muchas veces se recurre a la asociación libre de ideas y al ensueño guiado.
Los actos fallidos del subconsciente pueden ponernos en aprietos.
Con respecto a los lapsus linguae, que también se conocen con el nombre de actos fallidos, el propio fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, los consideraba esenciales para saber qué pensaban sus pacientes en realidad. Dicho de otra manera, creía que no bastaba con hacerles preguntas, porque sus respuestas conscientes no eran tan profundas o sinceras como las provenientes del subconsciente.
En este grupo de expresiones involuntarias se encuentran los deseos reprimidos, que incluyen revelar nuestras verdaderas opiniones acerca de algo o alguien y hacer esas cosas que la sociedad no considera moralmente aceptables. Si bien la mayoría de la gente los detecta con facilidad en boca de sus interlocutores, desde un punto de vista científico se trata de un fenómenos que no resulta fácil de probar.
