Una tasa es un coeficiente que refleja la relación entre dos magnitudes y permite expresar distintos conceptos, tales como el interés (la utilidad, el valor o la ganancia de algo). La tasa de interés, en este sentido, es un índice que se expresa en forma de porcentaje y se usa para estimar el costo de un crédito o la rentabilidad de los ahorros.
Se conoce como tasa de interés nominal o tasa nominal al interés que capitaliza más de una vez al año. Se trata de un valor de referencia utilizado en las operaciones financieras que suele ser fijado por las autoridades para regular los préstamos y depósitos.
Qué es la tasa nominal
La tasa nominal es igual a la tasa de interés por período multiplicada por el número de períodos. La tasa efectiva, en cambio, es el interés real que una persona paga en un crédito o cobra en un depósito.
Pese a que se encuentra enmarcada en un cierto período de tiempo, la tasa nominal contempla varios pagos de intereses en dicho plazo. Con la tasa efectiva, se calcula el rendimiento en un único pago por período.
Algunos ejemplos
Por ejemplo: la tasa nominal suele expresarse en base anual. Los contratos, de todas formas, pueden especificar que el interés se calculará varias veces durante el año (ya sea de manera mensual, trimestral o semestral, entre otras). El año, por lo tanto, puede dividirse en doce meses, cuatro trimestres o dos semestres. Si la tasa de interés es del 2% por trimestre, es posible hablar de una tasa nominal anual del 8% (ya que el año tiene cuatro trimestres).
Un concepto íntimamente ligado a la tasa nominal es el de rentabilidad; se trata del margen de ganancia que puede devolver una inversión. Si se tiene en cuenta el tiempo que transcurre para obtener dichos beneficios, entonces se utiliza la expresión «ganancia en el tiempo». Veamos un ejemplo: si se adquiere una casa por $500.000 y luego de un año se la vende por $510.000, la utilidad que se habrá obtenido en 12 meses es de $10.000. Puesto en otras palabras, si en lugar de comprar el inmueble se invierten los $500.000 sabiendo que por cada $100 se recibirán $2, al cabo del mismo período podrían obtenerse los $10.000.
Este dinero es utilizado por quien lo recibe para producir más, de modo que pueda abonar la ganancia al inversionista ($2 cada $100) y, cuanto más tiempo se le brinde, más ganancias será capaz de generar. Volviendo a la tasa de interés nominal, se puede decir que es la rentabilidad que se obtiene de un producto financiero mes a mes o en un plazo de tiempo en particular, tomando en cuenta simplemente el capital de la inversión inicial y se considera un tipo de capitalización simple.
Tasa nominal vs. tasa efectiva
Dado el ejemplo anterior, es sencillo entender su principal diferencia con la tasa de interés efectiva: se tiene en cuenta tanto el capital inicial como los intereses que se van produciendo en cada período. Se trata de un tipo de capitalización compuesta, dado que el interés generado en forma periódica se suma al capital y en base a este monto se liquidan los intereses del siguiente período.
Ambos tipos de tasa de interés coinciden si se establece que los intereses generados se abonan únicamente al finalizar la vida del producto financiero; en cambio, si se realiza más de un pago, la nominal es inevitablemente inferior a la efectiva.
Si se contrata un certificado de depósito a término (CDT) a 6 meses por el valor de $5000 con una tasa nominal anual del 5%, cuando concluya el período obtendremos tan solo el 2,5% del capital. Por otro lado, el mismo depósito con una tasa efectiva anual (también del 5%) nos devolverá el 2,47%, dado que en este último caso los intereses de cobran mes a mes.