Del latín tenacitas, la tenacidad es la cualidad de tenaz (que se opone con resistencia a deformarse o romperse, que se prende de una cosa o que es firme y pertinaz en un propósito).
Como propiedad física de los materiales, la tenacidad es la energía que absorbe un material, con las consecuentes deformaciones que el mismo adquiere, antes de romperse. Por eso el concepto está asociado a la resistencia y supone una medida de la cohesión de las cosas.
La fragilidad, la flexibilidad y la elasticidad son algunas propiedades que suelen confundirse con la tenacidad, aunque no se trata de sinónimos sino que cada una de estas nociones hace referencia a particularidades específicas de los materiales.
Tenacidad de un material
La tenacidad de un material depende directamente de cómo esté constituido el mismo, de su estructura molecular. Cualquier objeto puede ser sometido a tres tipos de esfuerzos: la tracción, la compresión y la flexión. Veamos a continuación el comportamiento de un material tenaz ante la tracción: si se aplican dos fuerzas en sentido opuesto sobre un objeto (tirando de cada uno de sus extremos, intentando romperlo en dos), su material le permitirá estirarse durante un tiempo, antes de finalmente quebrarse por la mitad.
A menudo se mezcla el concepto de tenacidad con el de resistencia mecánica. Para entender las diferencias, veamos la definición de este último y algunas de sus características: tomando en cuenta un material determinado, se trata de su resistencia a la compresión, al corte y a la flexión; se refiere a su capacidad de soportar esfuerzos y fuerzas aplicadas sin sufrir deformaciones permanentes, deterioros o roturas. Por lo tanto, la resistencia mecánica no contempla el daño irreparable de un objeto, mientras que en ese punto en particular se centra el estudio de la tenacidad.
Uso simbólico del concepto
En sentido simbólico (es decir, trascendiendo las propiedades físicas), la tenacidad es una actitud caracterizada por la resistencia ante las adversidades. Una persona tenaz es insistente y se mantiene firme en su conducta o comportamiento hasta alcanzar su objetivo.
La tenacidad es actuar con pasión y confianza. Una persona puede fracasar muchas veces pero, si está dispuesta a aprender de sus errores y a seguir intentando, es muy probable que alcance su meta. En este sentido, el término está vinculado al concepto de perseverancia.
La importancia de la tenacidad
Muchos consideran que la tenacidad es un valor imprescindible para alcanzar el éxito en cualquier ámbito de la vida. En la expresión «quien triunfa nunca abandona» se expresa la importancia de mantenerse en pie, intentando una y otra vez volver realidad sus sueños; al mismo tiempo, deja implícito que el verdadero fracaso reside en darse por vencido, en dejar de luchar.
Algunas personas asumen erróneamente que la tenacidad exige una serie de virtudes particulares, que no todos poseen. Por el contrario, una actitud tenaz demanda el uso del 100% de nuestras capacidades y energías para la realización de un objetivo. Si relacionamos esta acepción con la utilizada en física, podemos establecer la siguiente analogía: la tenacidad es la capacidad de soportar los golpes de la vida antes de quebrarnos, de darnos por vencido.
Al igual que sucede con los materiales y sus esfuerzos, los fracasos y los desengaños típicos de la vida en sociedad nos dejan heridas, muchas veces imborrables, y depende de nosotros levantarnos y seguir avanzando para evitar que nos destruyan emocionalmente. Si se pudiera medir la magnitud de perseverancia y de determinación que una persona destina a la persecución de sus metas antes de bajar los brazos, entonces el valor resultante sería su tenacidad.
Son muchos los países que denuncian la falta de entusiasmo y tenacidad de sus jóvenes; en muchos casos, se culpa a los avances tecnológicos, especialmente Internet, de la poca voluntad que muestran los estudiantes. Esto impacta en varios aspectos de la cultura, siempre de forma negativa: se deforma el lenguaje escrito y oral, se desconoce cada vez más la propia historia y disminuye la capacidad intelectual en general.