Un tonema de cadencia y uno de anticadencia
El tonema es la inflexión que adopta una unidad melódica luego de la última sílaba con acento. Se trata de un concepto que forma parte del ámbito de la fonética. Es posible distinguir entre distintas clases de tonemas de acuerdo a sus características.
TemasUna inflexión
La inflexión es una atenuación o elevación de la voz que permite codificar ciertos contenidos gramaticales. Este concepto es esencial para entender el de tonema, ya que este último es en sí mismo una inflexión. Para ser más precisos, es una que se registra en una unidad melódica.
Esta última se delimita por la aparición de una discontinuidad en el patrón rítmico o melódico. En este caso, se trata de la unidad melódica que se desarrolla tras la última sílaba acentuada.
Puede decirse que el tonema es la entonación (el movimiento melódico que se plasma al pronunciar un enunciado) que, en lo referente a un grupo fónico, adquiere el tramo final de la curva melódica, la cual, dada por la sucesión específica de sílabas átonas y tónicas, define su rasgo distintivo a partir del tonema.
Un tonema, en definitiva, es un elemento central de la entonación. Es importante indicar que la entonación tiene incidencia en el significado de los enunciados y en la transmisión de emociones y estados anímicos.
Amplitud del tonema
El tonema puede tener una amplitud variable y resultar descendente, ascendente u horizontal. De acuerdo al filólogo español Tomás Navarro Tomás (1884–1979), se puede diferenciar entre el tonema de suspensión, el tonema de anticadencia, el tonema de semianticadencia, el tonema de cadencia y el tonema de semicadencia, cada uno con sus propias terminaciones.
El tonema de cadencia es el que sirve para marcar el final de una oración afirmativa, sin excepción. Su dirección es definitivamente descendente, y de hecho es la que alcanza el nivel más bajo de los cinco tipos de tonemas según su amplitud. Por ejemplo: «Paula ganó el concurso de relato»; se entona de manera conclusiva. En el extremo opuesto tenemos el tonema de anticadencia, que se caracteriza por una marcada tensión; puede denotar oposición de ideas, un contraste con lo dicho anteriormente o también la inquietud propia de una pregunta. Su tono es el más alto de todos: «¿Vendrás a la reunión de mañana?»
La entonación de los tonemas puede ser descendente, llana o ascendente.
En el centro tenemos el tonema de suspensión, que no registra ninguna variación en la altura del sonido, es decir que su entonación es llana. Sirve para presentar la primera parte de una idea que recién se completa al insertar otra, a continuación. Cuando expresamos una decisión, por ejemplo, y deseamos darle al interlocutor una o más razones que la sustentan, solemos afirmarla, hacer una pausa (representada generalmente por dos puntos) y luego presentar cichas razones al final. Hasta los dos puntos, el tonema es de suspensión: «He decidido quedarme: no quiero perderme sus últimos días»; las primeras tres palabras se leen con una entonación que no tiene altibajos.
Luego tenemos el tonema de semicadencia, que exhibe un descenso en la entonación menor al del de cadencia en su línea melódica. Puede usarse para una afirmación con falta de seguridad, con dudas, que no posee la determinación suficiente. Detectar este tipo de tonema y distinguirlo del de cadencia es relativamente difícil, ya que la diferencia puede ser sutil. En la oración «Los gatos tienen un oído superior al de los perros», si el emisor carece de los conocimientos técnicos, probablemente use esta entonación al final, ya que no está absolutamente seguro de lo que dice. Por último, el tonema de semianticadencia continua la idea principal y puede oponerse o contrastarla: «¿Pero realmente pensás venderlo todo?»; la entonación denota preocupación por las posibles consecuencias.
