Traducción automática es el nombre que recibe un área propia del ámbito interdisciplinario conocido como lingüística computacional que se focaliza en el software destinado a adaptar, de un lenguaje natural a otro, contenidos de voz y/o texto.
Estos sistemas, básicamente, reemplazan palabras de un determinado idioma con sus pares correspondientes de otra lengua. Por ese motivo, en ocasiones los resultados no son precisos, aunque los desarrollos más modernos sí alcanzan más exactitud y una calidad mayor en comparación a los más antiguos, en especial si se ajustan a campos especializados o admiten acciones a cargo de un ser humano.
Cabe resaltar que, cuando hay disponible un corpus paralelo a un par de idiomas, es posible aplicar técnicas estadísticas a un sistema de traducción automática. De este modo se consiguen trazar probabilidades en torno a qué términos son más apropiados para reemplazar a otros.
Historia de la traducción automática
La búsqueda de registros y de documentación para intentar reconstruir y comprobar cuándo y cómo nació la traducción automática y de qué modo ha ido evolucionando nos remontan a varios siglos atrás.
Según se ha podido establecer, aproximadamente en el año 1629 el físico, filósofo y matemático francés René Descartes planteó la idea (y necesidad) de instituir un lenguaje universal a fin de promover una comunicación sin barreras idiomáticas apelando a lineamientos de lógica y símbolos para permitir que una misma palabra o noción pudiera ser comprendida en múltiples idiomas.
En 1954, tras ir en aumento las propuestas de transcribir vocablos a otras lenguas, se llevó a cabo una demostración que en español se popularizó bajo la denominación de experimento Georgetown-IBM. Esa apuesta por la traducción automática permitió llevar al inglés más de seis decenas de frases expresadas en ruso y dio inicio a una época de entusiasmo referente a inversiones para apoyar las investigaciones vinculadas a la traducción automática.
Después de una caída temporal de financiamiento al rubro se logró, llegando a la década de 1980, un incremento del interés general por la traducción basada en estadísticas.
Resulta constructivo, en este marco, leer «Introducción a la traducción automática», una obra lanzada por W. John Hutchins y Harold L. Somers, para profundizar los saberes acerca del progreso de los métodos y las variedades al respecto.
Aplicaciones
En el mundo contemporáneo, la traducción automática consigue una inmensa trascendencia y una visibilidad considerable.
Una inmensa cantidad de gente, por ejemplo, aprovecha programas de traducción instantánea para comunicarse en tiempo real con individuos de distintas nacionalidades con los cuales no comparte idioma. Esta alternativa que se pone a disposición de los usuarios de Internet de forma gratuita sirve, incluso, para traducir contenidos de sitios web en cuestión de segundos.
De hacer foco en sectores especializados entonces ganan notoriedad la traducción literaria automática, la traducción de textos médicos y la traducción de documentos legales, por enumerar algunas opciones a modo de referencia.
Tanto en la esfera pública como en el ámbito privado existen herramientas y tecnologías de traducción, tal como se advierte al analizar la realidad cotidiana. El recurso de trasladar material de un idioma a otro es favorable en entornos empresariales para efectuar comunicaciones de amplio alcance que puedan ser correctamente interpretadas, así como resulta esencial en los campos de la investigación científica y la educación. Tampoco hay que perder de vista que en los medios de comunicación y en la industria del entretenimiento el ejercicio de la traducción es vital dado que hace viables a entrevistas e informes y garantiza que muchos espectadores puedan ver, disfrutar y comprender películas extranjeras.
Los chatbots multilingües, la traducción automática de correos electrónicos y los servicios de doblaje automático para producir contenidos plurilingües son otras pruebas de cómo la traducción ha ido aprovechándose de un montón de maneras en la era de la revolución digital. Claro que, pese a las mejoras y al crecimiento, todavía queda mucho por investigar, hacer y concretar tras vencer limitaciones técnicas y superar desafíos relacionados a la cultura, la ética, etc.
Clases de traducción automática
A medida que los sistemas de traducción automática se fueron expandiendo, diversificando y modernizando surgieron numerosas variedades.
Entre los tipos más comunes de sistemas de traducción automática figuran, en primer lugar aquellos que desarrollan una traducción basada en reglas y el estilo de traducción automática asentada en corpus lingüístico. En este último grupo conviven las modalidades de traducción basada en ejemplos y de traducción automática estadística.
Gracias a los avances tecnológicos se ha podido incorporar como opción confiable a la llamada traducción neuronal, una modalidad que invita a apreciar las bondades de la inteligencia artificial (IA). También se han consolidado plataformas que brindan servicios ágiles de traducción de voz a texto y aplicaciones útiles para la traducción de texto a voz.
De querer explorar y experimentar otras posibilidades conviene considerar y comparar las ventajas de la traducción asincrónica, la simultánea, la traducción basada en la nube y de la traducción de idiomas minoritarios.