
Un proyecto político puede basarse en el utopismo.
El utopismo es la propensión a la utopía, de acuerdo a la definición dada por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario. Para saber qué es el utopismo, por lo tanto, primero hay que centrarse en la idea de utopía.
Una utopía es un emprendimiento o una iniciativa deseables pero cuya realización es casi imposible. El término también alude a la imaginación de un futuro positivo para el ser humano.
La palabra utopía proviene de una isla ficticia que describió Tomás Moro en una obra de 1516. En Utopía regía un sistema legal, social y político caracterizado por la perfección.


Qué es el utopismo
Retomando el concepto de utopismo, se trata de la tendencia filosófica o ideológica a la utopía. El individuo utópico persigue la concreción de un sistema ideal, aunque no exista una base real que permita sustentar ese plan o anhelo.
Suele entenderse al utopismo como el fenómeno que tiende a la construcción de utopías. Como se asocia lo utópico a lo perfecto, el utopismo suele ser criticado debido a que, a grandes rasgos, la perfección es incompatible con la realidad.
Para algunos pensadores, sin embargo, el utopismo es valioso en sí mismo, independientemente de la factibilidad. El escritor uruguayo Eduardo Galeano escribió que, cada vez que alguien camina para acercarse a la utopía, ella se aleja: por eso es inalcanzable. Sin embargo, para Galeano, la utopía servía justamente para caminar. Partiendo de esta premisa, podemos indicar que el utopismo es esencial para accionar o para avanzar aunque no se pueda llegar a la meta soñada, ya que el camino resulta importante.

El utopismo encarna un sueño social que busca construir una comunidad ideal.
Etimología del término
En el término utopismo encontramos el sufijo -ismo, el cual procede del idioma griego y refiere a la idea de «actividad o movimiento», muy usado para la creación de palabras que designan posturas de vida, sistemas de pensamiento y doctrinas.
La primera parte la ocupa el vocablo utopía, acuñado por el ya mencionado Tomás Moro, un importante humanista inglés del siglo XV que fue pionero de la ficción especulativa. La noción se formó tomando dos palabras griegas para crear la idea de un «no lugar«, de un lugar «que no existe y nunca ha existido». Sin embargo, no fue Moro el creador del concepto de utopía, sino que este mérito le corresponde a Platón.

El utopismo requiere un impulso visionario para desarrollar un paradigma alternativo.
Platón y el utopismo
Los antiguos griegos nos legaron un volumen de conocimientos y pensamientos que resulta incalculable. Pasan los siglos y los milenios, pero todavía tienen vigencia y continuamos debatiendo en torno a ellos. A grandes rasgos, podemos decir que reconocían tres tendencias sociales: el edenismo (que sostenía que la primera sociedad era perfecta), el progresismo (el cual afirmaba que la civilización había mejorado) y el utopismo.
Platón creó este concepto para preguntarse si los seres humanos seríamos capaces de elevar nuestra sociedad a la perfección. Esto debería ocurrir de forma voluntaria, es decir artificial, ya que nuestra naturaleza no nos conduciría jamás a tal estado evolutivo. Lejos de ser un hito que podríamos alcanzar espontáneamente, sería uno fríamente calculado, apoyado en el diseño minucioso de sus estructuras en todos los ámbitos de la vida para propiciar la transformación necesaria y así llegar al futuro deseado.
El utopismo de Platón es un modelo ideal que podría conducir a un mundo donde ya no existiera la propiedad privada, por ejemplo, sino que los recursos y los bienes se repartieran de manera perfecta. Algo similar ocurriría con los roles sociales, la vivienda, el acceso a la educación y los puestos de trabajo.
En definitiva, para alcanzar esa sociedad perfecta todo debería ser diseñado y planificado al detalle. La pregunta, por lo tanto, es quién se tomaría ese trabajo, sumado a la puesta en marcha del nuevo sistema. Platón sugería que la responsabilidad de la reforma social correspondía a los filósofos porque su saber era perfecto y no se basaba en intereses mundanos.
El concepto en la actualidad
Más allá de su origen remoto, el concepto de utopismo sigue empleándose en filosofía, sociología, ciencias políticas y otros ámbitos. El término es utilizado por autores tanto para explicar fenómenos y acciones como para diseñar prácticas que apunten a la construcción de un mundo mejor.
En este marco, es posible relacionar el utopismo y el feminismo. El análisis filosófico de la cuestión de género incluye la esperanza del progreso hacia la sociedad deseada (con igualdad de oportunidades y derechos para hombres y mujeres). Ese futuro imaginado requiere de un proyecto emancipador que encarna la utopía feminista.
No se trata, en este caso, de una utopía imposible, sino de una propuesta transformadora que revela un futuro alcanzable a partir de medidas y políticas que modifiquen la realidad. Es, en definitiva, una utopía realizable por la cual se debe luchar.
Algo similar ocurre con el ecologismo. La utopía ecológica o ecotopía es un ideal colectivo que apunta a lograr un estado perfecto de armonía entre el ser humano y la naturaleza. Este utopismo promueve la eliminación del impacto antrópico negativo en el medio ambiente
Mientras que la distopía se centra en una humanidad que degrada el mundo natural, la utopía ecológica aspira a un porvenir de coexistencia armónica entre las personas y el resto de los seres vivos.
Actualmente también se habla de tecnotopía. El utopismo tecnológico manifiesta que la tecnología es una herramienta clave para lograr el deseo colectivo de un futuro mejor.
Esta visión expresa que los avances tecnológicos contribuirán al bien común, resolviendo problemáticas sociales y satisfaciendo anhelos individuales. No obstante, en contrapartida, hay quienes no tienen esa ilusión sino que piensan lo opuesto: que la tecnología acentuará las diferencias entre las personas y perjudicará al conjunto de la ciudadanía global.