Del latín vivarium, un vivero es una instalación agronómica donde se cultivan, germinan y maduran todo tipo de plantas. Los viveros cuentan con diferentes clases de infraestructuras según su tamaño y características.
Un invernadero (espacio cerrado donde se cultivan plantas a una temperatura más alta que en el exterior), un embalse (la acumulación de agua con un fin determinado), un umbráculo (lugar destinado a la siembra y protegido del sol, la lluvia y el aire), un terreno de cultivo al aire libre y un laboratorio son algunas de las secciones que puede tener un vivero.
Entre los factores que determinan las características de un vivero y de sus plantas, se encuentran la frecuencia de riego, la luz (imprescindible para la fotosíntesis), el sustrato empleado (mezclas de tierra, abono y otros componentes), la temperatura y la humedad ambiental.
Elementos de un vivero
Los componentes básicos de un vivero son:
* semilleros: se trata de un lugar que se destina a la primera etapa del crecimiento de las plantas, hasta que llegue el momento de trasplantarlas a su sitio definitivo. Sus dimensiones suelen rondar el 10% del tamaño total del vivero. Consta de una capa de arena sobre la cual se siembran las semillas, ordenadas por especie y dispuestas en líneas divididas por tablas o cuerdas. Se debe preparar una base de tela o de plástico, con pequeñas perforaciones, para impedir el derrame de la arena. Cuando las semillas germinan y alcanzan una altura promedio de 4 cm, es el momento de trasplantarlas a los lotes de crecimiento. Es importante rotular las plántulas con su nombre;
* bancos de tierra: resulta de gran importancia disponer de la cantidad suficiente de tierra de buena calidad para cargar las bolsas. La tierra ideal no debe ser muy arcillosa y sí tener una porción de arena, lo cual facilita la respiración de las plántulas. Para obtener mejores resultados, es recomendable que un 30% de la mezcla sea abono, el cual se puede fabricar de forma casera aprovechando las partes de vegetales y frutas que no se consumen. Al recoger la tierra se debe revisar cuidadosamente, para quitar elementos tales como trozos de vidrio o plástico; más importante aún, debemos asegurarnos de no destruir un hormiguero.
Para contener las plantas se debe utilizar bolsas de polipropileno, las cuales se venden en distintos tamaños, cada uno adecuado para un tipo de plántula en particular. Dependiendo de las necesidades, una bolsa demasiado grande puede causar el desperdicio de materia prima, mientras que una demasiado pequeña puede interferir en el correcto desarrollo de la semilla. Si uno desea aprovechar bolsas de supermercado, no debe pasar por alto perforarlas para permitir el paso del agua;
* lotes de crecimiento: se deben acondicionar de acuerdo con el número de plántulas y con la cantidad de materia prima disponible, entre otros factores. Según la especie, el tiempo que cada ejemplar pasa en los lotes va desde unos días hasta varios meses. De todas formas, se recomienda que el trasplante se lleve a cabo lo antes posible, para colaborar con la recuperación de la plántula y garantizar su adaptación al nuevo medio;
* bodega: sirve para mantener estables las condiciones de los abonos y demás componentes del vivero, como ser las herramientas en desuso, protegiéndolos de los rayos del sol con su techo.
Otras acepciones del concepto
Vivero, por otra parte, es una ciudad que se encuentra en la provincia española de Lugo, en la Comunidad Autónoma de Galicia. La ciudad está atravesada por el río Landro, que desemboca en el mar Cantábrico.
Más de 16.000 habitantes conviven en el municipio, el tercero más poblado de Lugo. La mayor parte de la población se reparte en las ciudades de Vivero, Covas y Cillero. Vivero también suele recibir una gran cantidad de turistas gracias a su patrimonio cultural.