Un flexómetro es una cinta métrica de metal que se enrolla a presión en el interior de un recipiente específico. En la raíz etimológica del término encontramos el vocablo latino flexus, que puede traducirse como “plegado”.
También conocido como metro, el flexómetro se utiliza para la medición de longitudes. La cinta metálica se divide en milímetros, centímetros u otras unidades, de manera tal que el usuario pueda medir con precisión.
Al estar enrollado, el flexómetro ocupa poco espacio y puede trasladarse con facilidad. Solo es necesario estirar la cinta para tomar la medida que se desea y luego, al soltarla, regresará a su posición inicial dentro de su caja.
La flexibilidad de la cinta del flexómetro permite incluso que se midan superficies curvas. Simplemente hay que sostener con firmeza la cinta para que no se mueva mientras va saliendo de su envase.
En este marco debemos mencionar que algunos modelos de flexómetro cuentan con un botón para trabar la cinta metálica en su posición, una vez que se encuentra fuera de la caja. Por lo general se impone un mínimo de extensión para poder usarlo, que no suele superar los diez centímetros.
La utilidad de este botón no es simplemente que vuelva más cómodo el flexómetro, sino que evita potenciales heridas de corte que pueden producirse si la cinta se suelta y se retrae a gran velocidad mientras roza los dedos del usuario. Por otro lado, puede resultar muy beneficioso si necesitamos apoyar el instrumento durante unos segundos para hacer anotaciones o pensar antes de continuar realizando la medición.
Con respecto al precio de este tipo de productos, en general debemos decir que no es muy elevado, sino que se encuentra entre las herramientas más accesibles. Sin embargo, como ocurre en casi todos los rubros, el mercado ofrece un abanico relativamente amplio de modelos de flexómetro, que van desde muy baratos hasta muy costosos. Los parámetros que se usan para decidir su precio son varios, y los estudiaremos a continuación.
En primer lugar se encuentra el más abstracto de todos: su marca. Esto puede parecer arbitrario y poco justo para el consumidor, que muy a menudo se ve obligado a pagar extra simplemente porque una empresa de gran presencia internacional pone su sello, pero también es cierto que en algunos casos esto se convierte en una garantía de calidad. Es cuestión de juzgar cada producto en particular.
Por otro lado, el precio también se puede ver afectado por los materiales de fabricación y el acabado. En un flexómetro puede no parecer muy importante, a diferencia de un martillo o un destornillador, pero a mayor calidad mayor resistencia y longevidad. El diseño es otro de los factores que influyen en este aspecto: los más ergonómicos, con agarres de goma y cuerpos que se adaptan de manera más natural a la forma de la mano son más caros.
Es habitual que los hogares cuenten con un flexómetro para resolver necesidades de medición. Otros elementos similares presentes en muchas casas son las cintas de plástico o tela que suelen usar las personas que se dedican a la confección de prendas de vestir, tanto a diseñarlas como a remendarlas (los ámbitos de la moda y la costura), así como los metros plegables que se emplean en el terreno de la carpintería.
Supongamos que una persona desea tener un nuevo armario en su casa. Antes de proceder a la compra, debe medir el espacio que piensa destinar al mueble: de lo contrario, corre el riesgo de adquirir uno que no quepa en el lugar. Para esto puede usar un flexómetro y tomar nota de la superficie disponible. Luego debe medir los armarios que le gusten y confirmar si hay alguno adecuado a sus necesidades.