Abanico es un instrumento que permite mover aire y facilitar la refrigeración frente a las altas temperaturas. Consta de dos partes: el país (constituido por tela, papel o piel) y la baraja, una base rígida y plegable.
Su funcionamiento es manual y consiste en agitar el brazo que lo sostiene con una cierta intensidad, para lograr una corriente de aire que permita disminuir la sensación de calor. El origen del abanico se encuentra en Japón, aunque su uso se extendió en todo el mundo. El abanico es muy utilizado en regiones como Andalucía, por ejemplo.
Uso del abanico
Pese a que su construcción es muy sencilla, el abanico también es considerado como un accesorio de moda, por lo que los fabricantes más importantes tienen en cuenta distintos factores asociados al diseño y a la calidad del producto.
Por lo general, el abanico es utilizado por mujeres adultas. Sin embargo, muchas jóvenes también lo utilizan e, incluso, se han desarrollado líneas para hombres.
En lo referente a la refrigeración, el abanico ha perdido gran parte de su terreno tras la invención del ventilador (un dispositivo eléctrico con paletas que giran a gran velocidad) y del aire acondicionado (o acondicionador de aire).
Medio de comunicación
Para muchos de nosotros, un abanico representa un complemento pasado de moda que tenía como objetivo ayudar a soportar el calor cuando no existía la refrigeración eléctrica. La realidad es que cumplió una función importante para muchas mujeres, dado que les ofreció un «medio de comunicación portátil», que les resultaba muy útil para conversar silenciosamente entre ellas y con los hombres, en entornos donde el protocolo no les permitiera pronunciar ciertas palabras o abordar ciertos temas.
Como se detallará a continuación, el abanico se utilizaba para establecer conversaciones silenciosas de mediana complejidad, con detalles tan específicos como letras o números:
- Para expresar una letra del abecedario, el abanico debía rotarse en una dirección y luego ubicarse en una posición en particular;
- Abanicarse a mucha velocidad significaba «te amo intensamente», mientras que hacerlo en forma lenta y pausada o abrir y cerrar el abanico con calma, «estoy casada y no me interesas»;
- Un cierre lento significaba «sí»;
- Un cierre rápido era lo mismo que decir «no»;
- Abrir y cerrar el abanico velozmente alertaba a un pretendiente de que la mujer estaba comprometida;
- Mover el cabello con ayuda del abanico expresaba «pienso en ti» o «no te olvido»;
- Pasar los dedos por las varillas, como si las contaran, significaba que querían hablar en privado con la persona que las estuviera mirando;
- Para rechazar a un hombre, sólo tenían que cubrirse la cara con el abanico, como si se tratara de esconderse del sol;
- Otra forma de afirmar o negar era posar el abanico sobre una mejilla, siendo la derecha la positiva y la izquierda, la negativa;
- Golpear algún objeto con el abanico representaba la impaciencia;
- Cuando una mujer sujetaba el abanico abierto con ambas manos, expresaba su deseo de que la otra persona la olvidase;
- Para decir «te quiero», bastaba con posar el abanico sobre los ojos, dejando el rostro descubierto, ya que de otro modo podía significar «cuidado, alguien nos vigila»;
- Pasar el abanico por encima de los ojos era la forma de pedir disculpas.
Otros usos del término abanico
Por otra parte, el concepto de abanico permite nombrar a cualquier cosa que tenga una forma similar a la del abanico tradicional, como la cola del pavo real, por ejemplo.
Abanico también es la serie de opciones o propuestas que se presentan para que alguien pueda elegir entre ellas: “El abanico es muy amplio, pero me quedo con el primer proyecto”.