Se denomina abstraccionismo al arte abstracto. Este tipo de arte se aleja de lo figurativo y no pretende imitar ni reproducir elementos reales o naturales.
Realidad alternativa
El abstraccionismo, por lo tanto, propone una realidad diferente o alternativa. Al desechar la figuración, construye un universo nuevo recurriendo a colores y formas que dan lugar a composiciones novedosas.
Puede decirse que el abstraccionismo privilegia las sensaciones visuales y, en cambio, deja de lado la representación fiel de las cosas. Los artistas de este movimiento no buscan que los objetos que crean puedan identificarse a través de imágenes reconocibles.
Suele indicarse que el abstraccionismo se basa en los sentimientos y las emociones de los artistas. No hay una relación entre lo representado y su representación: lo que existe es aquello que se plasma en el lienzo y nada más.
Es importante mencionar que la abstracción ya estaba presente en las primeras manifestaciones artísticas del ser humano. Sin embargo, recién a partir de 1910 se comenzaron a elaborar teorías al respecto. Generalmente se menciona al ruso Vasili Kandinski (1866–1944) como el pionero del abstraccionismo.
Corrientes y vertientes
En el abstraccionismo es posible reconocer diferentes corrientes. El abstraccionismo geométrico se plantea como universal y objetivo, apelando a la geometría para eliminar la expresividad. El abstraccionismo expresivo, en cambio, recurre a la espontaneidad y a la improvisación, otorgándole preponderancia a la expresividad del pintor.
Cabe destacar, por último, que en el seno del abstraccionismo encontramos varias vertientes y grupos como el constructivismo, el expresionismo abstracto y el movimiento De Stijl, entre otros.
Abstraccionismo geométrico
Esta corriente del abstraccionismo comenzó a desarrollarse en la década de 1920 y destaca por los espacios irreales sobre los que se plama una geometría simple. Su objetivo principal era dejar atrás el subjetivismo típico de muchos artistas que habían dominado la escena plástica hasta aquella época.
Otro de sus rasgos más característicos es el enfoque en las dos dimensiones, como respuesta a la importancia que hasta entonces le daban a la tridimensionalidad. El ya mencionado Kandinsky fue quien más impulsó esta corriente, pero también es posible mencionar a Piet Mondrian y Kasimir Malévich.
Constructivismo
Se trata de un movimiento que también abarcó la arquitectura y que se originó en el año 1914 en Rusia. Es posible distinguir entre diferentes grupos de artistas del constructivismo, generalmente agrupados por país: los rusos y los holandeses son los dos destacados.
El Manifiesto Realista, un texto que plasma las bases de esta vertiente del abstraccionismo, se publicó en el año 1920 y lo escribieron los hermanos Naum Gabo y Antoine Pevsner. Representa el primer documento en el cual encontramos el constructivismo como algo positivo, ya que algunos artistas, como ser Malévich, no lo respetaban.
Expresionismo abstracto
Uno de sus rasgos más característicos es el tamaño de los formatos en los que se plasmaron sus obras, que generalmente era considerable. Con respecto a los materiales, por lo general se usaba un lienzo y se pintaba con óleo.
La abstracción del expresionismo abstracto se puede apreciar en la ausencia de la figuración, aunque esto no siempre se cumple. Además, la tela se pinta como si fuera un todo, sin división jerárquica de sus diferentes regiones. Por último, se suelen usar pocos colores fuera del blanco y negro.
De Stijl
La pronunciación en nuestro idioma se aproxima a «de steil». La finalidad de este movimiento era integrar las artes en una sola. Se constituyó en el año 1917 y contó con representantes tales como Cornelis van Eesteren, Piet Mondrian y Pieter Oud.
Si bien algunos de sus miembros tenían experiencia en estilos tradicionales, encontraron en esta vertiente del abstraccionismo la posibilidad de adoptar un carácter simbólico, llegando a una abstracción pura.