El término «acéfalo» denota la ausencia de cabeza en un cuerpo.
Acéfalo es un adjetivo que proviene del vocablo latino acephălus, a su vez derivado del griego aképhalos. El término refiere a aquel o aquello que carece de cabeza, ya sea en sentido físico o figurado.
TemasAusencia de cabeza
Se llama acefalía, por lo tanto, a la falta de cabeza. En el caso de la gestación humana, esta es una malformación infrecuente.
El feto acéfalo se forma unido a otro feto que no padece ningún trastorno. Se trata de un gemelo parásito que no puede vivir de manera independiente, ya que no tiene cabeza ni corazón (recibe la sangre por la acción del corazón de su hermano).
Estado acéfalo
La ausencia de dirigentes o gobernantes con facultad de decisión, por otro lado, también se menciona como acefalía. Un Estado acéfalo, en este marco, no dispone de un gobierno que pueda asumir la gestión de los asuntos públicos.
La acefalía, así, puede vincularse a la anarquía. Un país puede quedar acéfalo por múltiples causas, como la muerte o el derrocamiento de un presidente, el debilitamiento de quien ostenta el poder o el fortalecimiento de un grupo o sector que no forma parte de la órbita estatal.
Tomemos el caso de una nación cuyo gobierno perdió el control de numerosas regiones a manos de insurgentes. Por eso las medidas tomadas por el presidente no son acatadas y sus políticas no pueden ser aplicadas en muchas zonas. Frente a esta realidad, los analistas afirman que el territorio está acéfalo.
Esculturas acéfalas
En el terreno de la escultura, es habitual encontrar piezas acéfalas. Hay figuras humanas y de animales que, por distintos motivos, no presentan cabeza. En este punto debemos distinguir las dos razones principales de este peculiar rasgo: que la escultura haya perdido ciertas partes a causa del deterioro propio del paso del tiempo y la manipulación; que el artista haya decidido hacerla de esta manera para expresar un mensaje en particular.
Uno de los exponentes más conocidos de esculturas acéfalas es la denominada Victoria de los Simaceos, hallada a finales del 1700. Se trata de una figura femenina que tiene su origen en la época helénica (también conocida como período helenístico o, simplemente, helenismo), una etapa de la historia de la Antigüedad que se delimita cronológicamente por la muerte de Alejandro Magno, en el año 323 a. C., y el suicidio de Cleopatra VII y Marco Antonio, el 31 a. C.
En el arte, son muy comunes las esculturas acéfalas.
La creación de esta obra, que parece representar una diosa a quien aún no han conseguido identificar, se ubica en el final de la época helénica. Podemos encontrar referencias en ciertas obras literarias que tratan acerca del Monte Celio, de Roma, de donde procede esta escultura de aspecto acéfalo. Su color es gris plomizo y fue hecha en piedra oscura. Su calidad artística es digna de admiración. Otra escultura acéfala que despierta un gran interés entre los entendidos muestra una figura masculina que viste una túnica y una clámide (una capa usada en el pasado por los romanos y los griegos). La misma fue hallada en el año 1913 en el Cerro de San Albín, y se cree que data del siglo II.
El material en el que se elaboró es mármol de color blanco grisáceo. Se cree que representa a Cautópates, uno de los dadóforos (figuras de jóvenes que llevan una antorcha, propias del arte romano) que aparecen junto al dios Mitra; su compañero es Cautes. Mientras que este último porta su antorcha encendida y apuntando hacia arriba, Cautópates la exhibe exactamente al revés. Si bien hay otras estatuas de este personaje en la que se aprecia su cuerpo completo, el ejemplar acéfalo se relaciona con él por las características de su atuendo, los restos de su cabellera y la posición de sus piernas.
