Aducir es un verbo que refiere a mostrar o esgrimir justificaciones o pruebas sobre algo. El término procede del vocablo latino adducĕre.
Por ejemplo: “Dicen que el entrenador va a aducir razones personales para renunciar al equipo”, “El gobierno podría aducir que la deuda es ilegítima para no realizar los pagos que le corresponden”, “Todos ustedes saben desde hace mucho lo que pasa en esta empresa: ninguno puede aducir que el problema lo sorprendió”.
Ejemplos de aducir
Lo habitual es que la idea de aducir se utilice cuando alguien brinda una explicación para defender una cierta acción o postura. Se dice que el sujeto “aduce” su justificación sobre si todo si su interlocutor no le cree o no está convencido de la veracidad de las cosas que afirma.
Supongamos que un hombre llega tarde a su trabajo. Increpado por su jefe, el empleado aduce que, cuando se dirigía a la oficina, su automóvil tuvo un fallo y no pudo continuar el viaje. Por eso debió llamar a un mecánico y terminó llegando tarde. Al aducir esto, el trabajador espera que su jefe entienda que su demora ha sido inevitable dados los acontecimientos.
Al comunicar a sus clientes un aumento de las tarifas, una empresa de telecomunicaciones puede aducir que la decisión ha sido la consecuencia de un nuevo impuesto fijado por el gobierno. De esta manera, la compañía trata de responsabilizar a los gobernantes del aumento de precios que, en realidad, decretó la propia empresa. Esta justificación por parte de la firma pretende minimizar el enfado de sus abonados.
Otra acepción
Otra de las acepciones de la palabra aducir es la siguiente: llevar, enviar, traer. Si bien el diccionario de la RAE señala que se trata de un signifcado que se encuentra en desuso, tiene una cierta relación con el del sustantivo de la misma familia, aducción. A grandes rasgos, podemos decir que aducción tiene dos acepciones: el movimiento de un órgano, tal como un miembro, de manera que se acerque al plano imaginario que corta en dos partes absolutamente iguales el cuerpo («Aquí es donde tiene lugar la aducción y flexión de los brazos»); la conducción o el transporte del agua desde una cuenca hasta una red, un tanque de regulación o una planta de tratamiento («Este túnel ha sido construido para la aducción del agua del arroyo»).
Si nos enfocamos en el segundo significado de la palabra aducción, podemos encontrar una conexión con los verbos «llevar, enviar, traer» antes expuestos como una acepción en desuso de aducir. Si bien este contraste entre la vigencia del sustantivo y el desuso de su correspondiente verbo puede parecer arbitrario, se debe probablemente a que no suele ser necesario usar un verbo para describir la aducción de agua, ya que no se trata de una acción que realice un ser vivo, sino que se produce de forma continua por medio de los túneles, los canales o las tuberías fabricadas con este fin; en otras palabras, no es común decir «estamos aduciendo el agua del río» sino más bien «el proceso de aducción del agua del río está en marcha», por ejemplo.
Por otro lado, cabe mencionar una confusión muy frecuente entre el verbo aducir y abducir, así como entre sus respectivos sustantivos, aducción y abducción. En el caso de los movimientos del cuerpo, nos encontramos ante dos antónimos, ya que la abducción consiste en el alejamiento de un órgano tal como un miembro del plano imaginario que divide el cuerpo en dos mitades; del mismo modo, podemos decir que alguien «está abduciendo sus brazos», o que «no consigue abducir la cadera». El término abducción también se usa con mucha frecuencia para describir el secuestro o el apoderamiento de una persona en manos de un ser extraterrestre.