El acto y resultado de aforar recibe el nombre de aforo. Cabe destacar que este verbo (aforar) tiene varios usos: puede aludir a establecer el número y el valor de mercaderías, a estimar la capacidad de algo, a calibrar o a dar fueros.
El uso más habitual de aforo, de este modo, se emplea con referencia a la cantidad de individuos que pueden ingresar a un establecimiento utilizado para el desarrollo de un evento público. Por ejemplo: “El club español se propuso incrementar el aforo para que más espectadores puedan ver los partidos”, “El municipio decidió establecer un límite al aforo para minimizar el riesgo de incidentes”, “El cantante cubano ofreció un espectáculo con aforo completo”.
Si repasamos estos ejemplos, podemos comprender cómo se usa la idea de aforo. Si un club quiere aumentar el aforo, desea que más gente pueda ingresar a su estadio. Cuando las autoridades de una ciudad anuncian que limitarán el aforo en un evento, informan que el acceso no será libre, sino que habrá ciertos controles y restricciones. Por otra parte, el “aforo completo” de un concierto alude a que las entradas se agotaron (no había más localidades disponibles).
Hasta completar o agotar aforo
En este contexto es común el uso de la expresión hasta agotar el aforo para comunicar a los interesados en asistir a un determinado evento de entrada libre y gratuita que deberán llegar tan temprano como puedan para asegurarse un asiento, ya que ante la falta de un precio en dinero, los billetes simplemente se entregarán a los primeros que se presenten en el establecimiento.
Estamos atravesando una era caracterizada por un aparente desprecio por el arte en todas sus formas: no es raro encontrarse con personas que no puedan valorar el esfuerzo que hay detrás de la composición de una canción, de la fabricación de una artesanía o de la creación de una pintura, y esto deriva en que no deseen pagar para adquirir dichos artículos.
Para hacer frente a este lamentable rasgo de la sociedad actual, cada vez son más los grupos que organizan eventos artísticos de acceso gratuito, y es entonces que encontramos el término aforo como único límite que separa a quienes pueden acceder a ellos de los que no, mientras que en el resto de los ámbitos, como ser la tecnología, la alimentación o incluso el cine, sigue existiendo la obligación de hacer frente a un precio en dinero.
Capacidad de un medio de transporte
Aforo también puede vincularse a la capacidad de un medio de transporte.
Supongamos que doscientas personas desean subirse a un barco para realizar una excursión lacustre, pero la embarcación solo puede trasladar a cien pasajeros. Ante la falta de aforo, un centenar de individuos deberá quedarse en tierra y no podrá embarcar, ya que la nave no dispone de lugar para albergarlos a todos de forma simultánea.
Aforo en la química
El término aforo también tiene un uso en el ámbito de la química; en este caso, se trata de una marca en forma de círculo que se graba de manera meticulosa en un recipiente, generalmente de vidrio aunque puede ser de otros materiales, para indicar un volumen en particular, de manera que sirva como guía para diversos tipos de experimentos que requieren una gran precisión.
Se conoce con el nombre de matraz aforado, precisamente, al vaso de cristal o vidrio con forma esférica y un alto cuello entubado que posee un aforo, es decir, una marca que señala a qué altura su contenido alcanza un cierto volumen. Su uso es muy frecuente en los laboratorios de química. Es importante destacar que la necesidad del aforo surge de los problemas que pueden tener lugar si el volumen no se mide con exactitud.