Antes de entrar de lleno en la definición exhaustiva de ameba, merece la pena que conozcamos su origen etimológico. En este caso, hay que exponer que se trata de un término que procede del latín científico, en concreto de amoeba. Una palabra esta que, a su vez, deriva del griego amoibe, que puede traducirse como «transmutación» o «cambio».
Una ameba es un protozoo: un organismo de tamaño microscópico que posee una única célula o un conjunto de células que son idénticas entre sí. En el caso específico de la ameba, se trata de un organismo protista (es eucarionte pero no ingresa en la clasificación de animal, planta u hongo) y rizópodo (para movilizarse y alimentarse, emite seudópodos).
Existen múltiples especies de amebas, que pueden habitar en el suelo húmedo, en agua o incluso en animales (actuando, en este caso, como parásitos). La principal característica de la ameba es que, al no contar con pared celular, su forma va variando.
Características de las amebas
Descubiertas a mediados del siglo XVIII, las amebas pueden obtenerse y almacenarse con facilidad. Por eso su presencia en laboratorios para el desarrollo de investigaciones es frecuente.
En su estructura, se puede advertir el núcleo, el citoplasma (compuesto por endoplasma y ectoplasma) y varios orgánulos. Los seudópodos que emiten son prolongaciones de su citoplasma, que resultan semejantes a tentáculos. Además de desplazarse, estos seudópodos les permiten capturar su comida y dar paso a la fagocitosis.
Las amebas también cuentan con una vacuola de tipo contráctil que les sirve para conservar estable la presión osmótica. Mediante esta vacuola, la ameba captura el excedente de agua de la célula y, cada cierto tiempo, lo envía al exterior mediante la membrana citoplasmática.
Su reproducción
Para reproducirse, las amebas apelan a la fisión binaria: su material genético, a través de la mitosis, es duplicado a medida que la célula se extiende. El citoplasma, en este proceso, experimenta una división y surgen dos células.
Es interesante señalar que se considera que las amebas se reproducen cada minuto.
Las amebas y la disentería
Entre las amebas más conocidas y que generan más controversia está la Up Ameba que es la que se encarga de provocar la disentería amebiana. Esta es una enfermedad que se manifiesta a través de vómitos, lesiones en el hígado y en el colón así como fuertes diarreas.
Es importante saber que la citada disentería es una de las consecuencias más grave de la enfermedad más conocida que provocan las amebas que es la llamada amebiasis. Esta fue descubierta en la segunda mitad del siglo XIX y se considera que es la tercera patología parasitaria más mortal, junto a la esquistosomiasis y la malaria.
Se produce porque las amebas se alojan en el intestino grueso, donde producen todo tipo de ulceraciones. Asimismo es importante conocer que se contagia a través de manos contaminadas, de la comida y también del agua.
Heces con sangre, fuertes dolores abdominales y cuadros donde se alterna el estreñimiento con la diarrea son los principales síntomas de la amebiasis, que puede sufrirse durante años.