La amonestación es el acto y el resultado de amonestar: advertir, sancionar, castigar. El término tiene diferentes usos de acuerdo al contexto.
En el deporte
En el terreno del deporte, las amonestaciones son sanciones que se aplican a los competidores cuando transgreden el reglamento. Si un jugador no respeta las reglas, dependiendo del tipo de falta puede ser amonestado por el juez.
En el caso del fútbol, la amonestación se representa con una tarjeta amarilla. El árbitro exhibe esta tarjeta al futbolista a modo de castigo y, a su vez, lo condiciona para el resto del partido: en caso de recibir una nueva amonestación, el deportista queda automáticamente expulsado del campo de juego.
Un jugador de fútbol puede ser amonestado por quitarse la camiseta para festejar un gol, por ejemplo. Otra posibilidad es que la amonestación esté vinculada a una protesta desmedida.
En el ámbito escolar
En el sistema educativo argentino, por otra parte, se solía recurrir a las amonestaciones en la escuela secundaria para castigar a los alumnos indisciplinados. Al acumular una determinada cantidad de amonestaciones, el alumno sufría la expulsión del establecimiento. En los últimos años, sin embargo, este método fue dejado de lado ya que se consideró que no ayudaba a mejorar la disciplina.
Pena legal
En algunas legislaciones, en tanto, una amonestación es una pena que se aplica ante una infracción leve. Este recurso tiene la finalidad de expresar la reprobación de una cierta conducta.
Notificación eclesiástica
Una amonestación, por último, es una notificación que, en una iglesia, permite dar a conocer los nombres de aquellos que se van a ordenar o a casar, según señala la Real Academia Española (RAE) en su diccionario. De este modo, si un individuo sabe de un impedimento para el ordenamiento o el casamiento, puede denunciarlo.
Carta de amonestación laboral
Se conoce como carta de amonestación laboral es una herramienta que usan las empresas para comunicar a sus empleados que no han cumplido con ciertas obligaciones propias de su puesto. Su objetivo más importante es cambiar un comportamiento incorrecto para que el trabajador pueda desempeñar sus tareas de acuerdo con las normas y no altere el orden ni afecte negativamente a sus compañeros, ya sea influenciándolos o perjudicándolos por el mal ambiente que creaba.
Dicho de otra manera, queda claro que cuando un empleador envía una de estas cartas de amonestación a un trabajador no tiene la intención de rescindir su contrato, sino de ayudarlo a corregir sus faltas para que pueda mantener su puesto. Sin embargo, en esta toma de contacto la compañía expresa que si la otra parte no cambia su comportamiento el despido será inevitable, de manera que no es una mera sugerencia sino una advertencia en toda regla. Nótese que de ninguna manera debería tomarse como una amenaza: no sólo se trata de una medida legal sino que su tono es positivo.
En una carta de amonestación laboral es obligatorio que el empleador describa el hecho o el comportamiento que pretende que su empleado solucione o modifique, incluyendo todos los detalles posibles. Ambas partes deben firmar este documento, cuya entrega se debe registrar. Es muy importante señalar que la empresa debe contar con pruebas antes de emitir esta sanción, porque si el caso conduce a un juicio serían necesarias para sostener su acusación. Para saber si la falta en cuestión se asocia con una sanción es posible consultar con el Estatuto de los Trabajadores.
La sanción puede conducir a una suspensión de una duración que depende del tipo de falta: si es leve, 10 días; si es grave, 20 días; si es muy grave, 60 días. Por otra parte, la sanción prescribe una vez que pasan seis meses del suceso y el empleador no presenta ninguna acusación.