La etimología de antorcha no está clara, aunque se cree que el término podría derivar del vocablo occitano entorcha. Una antorcha es un objeto portátil que puede arder por uno de sus extremos, sirviendo de este modo como una fuente de iluminación.
Por lo general consiste de una vara con un paño que se encuentra empapado de una sustancia inflamable. De este modo, es posible encender el paño ubicado en una punta y tomar la antorcha por el otro extremo, de manera tal que se puede trasladar el fuego.
En la antigüedad, muchas veces las antorchas se colocaban en las paredes de un castillo o de otra construcción para iluminar los pasillos. Si una persona necesitaba transportar la iluminación a otro ambiente, podía apelar a una de estas antorchas y desplazarse con ella.
Orígenes de la antorcha
Una vez que el ser humano prehistórico consiguió dominar el fuego, comenzó a encender fogatas con el objetivo de obtener iluminación en las cavernas, alejar a los depredadores, cocinar los alimentos y calentarse. Se estima que las antorchas surgieron de un modo casi espontáneo a partir de las chispas que provocaban esas fogatas.
De a poco fueron surgiendo distintos tipos de antorchas, que constituyeron un elemento clave para el hombre durante miles de años. Incluso en la Edad Media las antorchas eran la base del alumbrado público.
El desarrollo de la antorcha que conocemos en la actualidad se debe a los egipcios. Este pueblo fue el primero en recurrir al formato de un palo con un extremo combustible: lo que hacían los egipcios era usar paja que impregnaban con resina o cera.
Símbolo de los Juegos Olímpicos
Los Juegos Olímpicos, que se desarrollan cada cuatro años a menos que alguna situación extraordinaria lo impida, están considerados como el mayor evento multidisciplinario del deporte mundial. Una de sus tradiciones es el encendido de la llama olímpica, que se traslada mediante una antorcha a través de un sistema de postas o relevos.
La llama olímpica surgió en los Juegos Olímpicos Antiguos a modo de referencia al robo del fuego de los dioses perpetrado por Prometeo. Tras un tiempo sin llevarse a cabo, el ritual fue reintroducido en Ámsterdam 1928; desde Berlín 1936, incluye el viaje de relevos con la antorcha desde Olimpia hasta la sede del evento.
Actualmente la llama se enciende en Olimpia y, con una antorcha, se lleva a Atenas. Desde la capital griega se inicia el itinerario hasta la ciudad que cobija la edición de los Juegos Olímpicos. Quienes portan la antorcha olímpica son deportistas famosos y personalidades destacadas de otros ámbitos.
La antorcha como guía
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) también reconoce un uso simbólico de la noción. Puede nombrarse como antorcha a lo que funciona como brújula o permite alumbrar el conocimiento.
Por ejemplo: “La obra del químico alemán fue una antorcha que irradió luz en una época oscura para la ciencia”, “Sin proponérselo, con sus relatos gauchescos el escritor se convirtió en una antorcha en las zonas rurales de la provincia”, “La cantante peruana sigue siendo una antorcha capaz de deslumbrar en cada concierto”.