Los artrópodos son los animales invertebrados que forman el filo más diverso del reino animal. Estos animales tienen el cuerpo cubierto por un exoesqueleto conocido como cutícula y formado una serie lineal de segmentos ostensibles, con apéndices de piezas articuladas. Los arácnidos, los insectos y los crustáceos son artrópodos.
Los especialistas calculan que existen más de un millón de especies de artrópodos, lo que supone cerca del 80% de todas las especies animales conocidas. La mayoría de los artrópodos son insectos, y muchos de ellos se encuentran adaptados para la vida en el aire.
Pese a la gran variedad de artrópodos, pueden mencionarse varias características en común, como la presencia de un exoesqueleto quitinoso y de apéndices articulados, o el cuerpo formado por segmentos repetitivos (un fenómeno que recibe el nombre de metamería).
Reproducción de los artrópodos
Además de todas estas características señaladas es importante establecer igualmente que otra de las principales señas de identidad de los artrópodos es su sistema de reproducción. En este caso podemos subrayar que la hembra es la que se encarga de poner huevos, una vez que se ha producido la fecundación por parte del macho.
En este caso, el resultado de este proceso puede ser de dos tipos. Así, de ese huevo puede nacer directamente un individuo similar a sus progenitores o bien de aquel puede producirse el nacimiento de una larva que, poco a poco, se irá transformando en un proceso conocido como metamorfosis hasta dar lugar al citado ser.
El exoesqueleto
El exoesqueleto está formado por distintas capas. La capa superficial, que se denomina epicutícula, es muy delgada, está compuesta por proteínas y lípidos, y tiene una función impermeabilizante. La procutícula es la capa más gruesa de la cutícula y puede dividirse en exocutícula (la parte más rígida) y endocutícula (flexible).
Cabe destacar que, a lo largo de su crecimiento, el artrópodo muda su exoesqueleto a través de un proceso de ecdisis.
Clasificación de los artrópodos según sus patas
Diversas son las clasificaciones que existen para poder determinar los distintos tipos de artrópodos que hay en la actualidad. No obstante, lo más habitual es hacer grupos de estos seres vivos en base al número de patas que poseen. De esta manera, nos encontraríamos con cuatro grandes conjuntos:
Artrópodos con seis patas. Dentro de este grupo se encontrarían los insectos.
Artrópodos con ocho patas. Los conocidos como quelicerados son los que dan forma al mismo. Como ejemplo de estos tendríamos a las arañas, a los escorpiones o incluso a los conocidos como cangrejos herradura. La principal característica que les define y diferencia del resto de artrópodos es que no tienen antenas.
Artrópodos con diez patas. Los crustáceos son los que se incluyen en este conjunto, es decir, los cangrejos, los camarones o las langostas.
Artrópodos con más de doce patas. En su caso, los integrantes de este grupo son los miriápodos, es decir, seres vivos como los ciempiés.
Los ojos
Por último, podemos destacar la particularidad de los ojos de los artrópodos.
Estos ojos pueden ser simples, con una sencilla retina y una córnea transparente que los recubre, o compuestos, formados por diversos elementos (los omatidios) que se ubican de forma radial y pueden apuntar a distintas direcciones.