Atizar es la acción de agregar algún tipo de combustible al fuego o removerlo con el objetivo de que arda más. El término llegó a nuestra lengua procedente del vocablo latino attitiāre.
Por ejemplo: “Dile a Miguel que añada más leña para atizar la fogata, así no tenemos frío”, “Voy a ir cortando la carne y luego me dedicaré a atizar el fuego”, “Trata de no atizar las llamas a menos que quieras provocar un incendio”.
Diversas acepciones de atizar
Otra acepción relacionada con el fuego hace referencia a dar más mecha a candiles o velas, o bien despabilarlas para conseguir mejorar su capacidad de iluminación. Por otro lado, este verbo también puede definirse como un sinónimo de «dar» si los objetos son «un puntapié» o «un palo», por ejemplo, con el sentido de hacer que alguien o algo sufra un golpe.
Como si las acepciones de esta palabra no presentaran suficiente variedad, existe otra que la define como «comer y beber en grandes cantidades, incluso en exceso»; en este caso, se trata de un verbo pronominal, de manera que debe usarse de forma reflexiva, como puede apreciarse en el siguiente ejemplo: «Como era de esperarse, Mario se atizó una buena porción de pastel, que doblaba en tamaño a las de los demás comensales».
Intensificar o agitar
Atizar también puede consistir en intensificar una pasión o agitar una polémica: “Con mi esposa nos iremos una semana al Caribe para atizar la llama de nuestra pasión”, “Las declaraciones del candidato a presidente no hicieron más que atizar la discusión entre los dos partidos políticos”, “El líder de la ONU acusó al dirigente árabe de atizar la tensión en la región”.
De acuerdo a estas últimas acepciones, una persona puede realizar diferentes acciones que terminen, ya sea adrede o sin intención, provocando un problema más grande del que existía. Supongamos que, en los días previos a un clásico de fútbol, los simpatizantes de ambos equipos se amenazan mutuamente a través de las redes sociales y con grafitis en las paredes de la ciudad. Existe, por lo tanto, el riesgo de que se produzcan incidentes en el encuentro. En este marco, el entrenador de uno de los equipos declara a la prensa que los seguidores del club rival “no entienden nada de fútbol” y afirma que, por lo tanto, “deberían permanecer en silencio durante el partido”. Para los periodistas deportivos, estas palabras atizan la violencia y el odio.
El ejemplo anterior muestra una situación en la cual el verbo atizar puede ser entendido como sinónimo de «provocar, intensificar o despertar», o bien una combinación de ellos según el contexto y los objetos directos utilizados en cada oración. Es importante señalar que no es posible atizar una cosa inexistente, ya que no se trata de un sinónimo de sembrar u originar: tanto en el caso del fuego, la pasión, el odio o la violencia, todos estos lazos y sentimientos deben existir previamente para poder someterlos a la acción de este término y conseguir que crezcan.
Amplitud del concepto de atizar
Sobra decir que estamos ante un concepto particularmente amplio, que posee diversas acepciones, con connotaciones tanto positivas como negativas, y que pueden llevarse a cabo de forma voluntaria o involuntaria.
También notamos en esta definición la particular relación que existe a nivel cultural entre el fuego y la pasión, algo que da lugar a más de una interpretación, no siempre haciendo alusión a las relaciones sexuales sino que puede hablar de la pasión por una vocación y el fuego que despierta en la persona cada vez que la cultiva. Atizar una pasión es como avivar un fuego con buenas intenciones, con objetivos constructivos y bien definidos.