El coche doble comando permite al instructor intervenir en caso de error
Se denomina autoescuela al establecimiento que se dedica a enseñar cómo conducir coches. El término se forma con el elemento compositivo auto- (que alude al automóvil) y el sustantivo escuela (una institución que brinda alguna clase de instrucción).
TemasFormación práctica y teórica
Las autoescuelas ofrecen una formación práctica y teórica. De esta manera, los alumnos adquieren todos los conocimientos que necesitan para conducir de manera segura.
El objetivo principal de las autoescuelas es preparar a quienes desean obtener la licencia de conducir. Por lo general, el Estado otorga este permiso a las personas que aprueban un examen, el cual exige demostrar destrezas básicas al conducir y conocimientos de las normas de tránsito.
Aquel que acude a una autoescuela, en este marco, aprende a guiar el automóvil y estudia las leyes que rigen el tráfico vehicular. Con el saber adquirido tras completar el curso, está en condiciones de presentarse a rendir el examen en cuestión para conseguir la licencia correspondiente.
Y este último punto es esencial antes de comenzar, ya que es necesario tomar una decisión con respecto al tipo de vehículo que deseamos conducir para que la autoescuela nos brinde la formación adecuada. En cada país, la normativa puede ser diferente, aunque a grandes rasgos se distinguen licencias para coches, ciclomotores, camiones y autobuses, entre otros.
Vehículo especial
Lo habitual es que las autoescuelas dispongan de al menos un vehículo para que los aprendices puedan aprender a conducir. Muchas veces se trata de un automóvil doble comando: es decir, que dispone de dos pedaleras, la tradicional y otra ubicada en el piso junto al asiento del acompañante. Así, el instructor se sienta en el lugar del acompañante y puede asistir al aprendiz si no acelera, frena o embraga lo suficiente.
Dicho de otra manera, el vehículo doble comando que ofrecen algunas autoescuelas permite al estudiante tener control sobre su funcionamiento, como si se tratara de uno normal, pero también le da al profesor la posibilidad de intervenir en cualquier momento para evitar accidentes o señalar correcciones.
Claro que todo esto no es indispensable para aprender a conducir, sino que basta con la guía del instructor y la práctica responsable frente al volante. De hecho, las primeras lecciones se realizan en lugares aislados o poco transitados, donde no exista un riesgo importante de accidente. Las prácticas en calles y carreteras llegan recién cuando el alumno demuestra un grado de coordinación suficiente, además de una velocidad de reacción y toma de decisiones adecuada a los desafíos de la vía pública.
Flexibilidad horaria
Por lo general, las autoescuelas no tienen un horario fijo de clases. Los estudiantes pueden acordar con el centro y con el profesor en qué días y horarios recibir la capacitación.
Las prácticas en calles y carreteras llegan al final del programa
Gracias a las comodidades que nos brinda Internet, en especial a través de los teléfonos móviles, en la actualidad es muy común que cada estudiante se comunique directamente con el instructor que le han asignado, en lugar de tratar con un recepcionista de la autoescuela. De esta manera, basta con una conversación a través de una aplicación de mensajería instantánea para coordinar el día y la hora de las lecciones, además de su duración.
De hecho, el profesor no sólo se mantiene en contacto directo con sus alumnos para agilizar la reserva de las clases, sino que también hace las veces de intermediario entre éstos y la autoescuela para cualquier tipo de consulta e incluso para la adquisición de más lecciones. Dado que se crea entre ellos un lazo cercano, que con el tiempo puede rozar la camaradería o incluso la amistad, para los estudiantes resulta mucho más fácil tratar con su instructor que con el resto del personal.
