La autonomía es la condición de aquel o aquello que, en determinados contextos, no tiene dependencia de nadie. Por eso este concepto que procede de un vocablo griego se asocia a la independencia, la libertad y la soberanía.
Por ejemplo: “He trabajado toda mi vida para conseguir la autonomía catalana”, “Debemos lograr que las mujeres tengan autonomía y puedan elegir cómo, cuándo y dónde trabajar sin presiones por parte de sus maridos o familias”, “Este automóvil eléctrico tiene una autonomía de 40 kilómetros”.
Autonomía administrativa
Suele usarse la idea de autonomía respecto al estatus que gozan determinan entidades administrativas en el marco de un Estado federal o nacional. Estas regiones tienen organismos propios para su autogobierno, aún cuando forman parte de una entidad mayor.
En España, se llama autonomías a las comunidades autónomas. Se trata de entidades territoriales (como Cataluña, País Vasco, Galicia y Madrid) que, si bien forman parte del ordenamiento que prevé la Constitución de España, disponen de autonomía administrativa, ejecutiva y legislativa.
Funcionamiento sin recarga
La autonomía, por otra parte, es el tiempo que puede permanecer en funcionamiento una máquina sin recargar energía o el trayecto que puede recorrer un vehículo sin la necesidad de reponer combustible. Si una motocicleta con su tanque lleno de combustible puede recorrer 200 kilómetros, se dice que tiene una autonomía de 200 kilómetros. Una vez completado ese recorrido, será necesario recargar el tanque para que el vehículo pueda seguir en funcionamiento.
En la actualidad, dado el éxito de los dispositivos portátiles, es muy común el uso del término para hablar del tiempo que pueden permanecer activos con la batería cargada al cien por ciento. En este grupo entran los teléfonos móviles, las tabletas y las consolas de videojuegos, y su autonomía se mide en horas.
Resulta muy curioso aceptar que los aparatos de tecnología punta tengan una autonomía considerablemente inferior a los que usábamos hace varias décadas. Por ejemplo, mientras que la primera consola portátil de Nintendo, la Game Boy, ofrecía cerca de 16 horas de autonomía y una de sus versiones posteriores rozaba las 36 horas, la Nintendo Switch, lanzada casi treinta años más tarde, tiene una autonomía promedio de 3 horas y media.
Si bien existen accesorios que pueden extender la autonomía de cualquiera de estos dispositivos, no siempre resultan muy cómodos de usar. La tendencia actual de las compañías a fabricar productos que no puedan ser abiertos por los usuarios da como resultado la imposibilidad de cambiar la batería, de manera que la única solución consiste en adquirir una que se conecte a través del puerto USB.
Esto no resulta ideal, ya que dichas baterías externas aumentan considerablemente las dimensiones del dispositivo, y no siempre cuentan con un mecanismo de agarre para ajustarse al mismo. Sin embargo, dado que no existen alternativas accesibles a la mayoría de los usuarios, gozan de una peculiar popularidad.
Autonomía según la psicología y la filosofía
En el terreno de la psicología y de la filosofía, por último, la autonomía alude a la capacidad de una persona para actuar de acuerdo a sus deseos o creencias sin obedecer a influencias o presiones externas. Si una persona necesita consultar a su pareja antes de usar parte del dinero común o de reunirse con sus amigos, carece de autonomía.
No es fácil moverse por el mundo con autonomía, ya que siempre debemos someternos a una serie de decisiones ajenas, de forma directa o indirecta. Por mucho que nos esforcemos en recorrer nuestro propio camino, a menos que abandonemos por completo la civilización estaremos sumidos al marco establecido por un gobierno, a las reglas de convivencia vecinal y a las opiniones de nuestro entorno. Es importante, por lo tanto, alcanzar un equilibrio en el cual dicha influencia externa no nos impida perseguir nuestros objetivos.