La primera acepción de azorar que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) alude a lo que hace un azor cuando persigue o atrapa a otros animales. Un azor, en tanto, es un ave rapaz que se caracteriza por realizar vuelos entre árboles para cazar a sus presas.
Azor común
El azor común, de nombre científico Accipiter gentilis, puede volar a baja altura con gran velocidad. Puede azorar aves como perdices y palomas, pero también insectos, reptiles y mamíferos de tamaño pequeño (ratones, ardillas y otros).
Perturbar, amedrentar
Azorar también puede hacer referencia a perturbar, inquietar o amedrentar. Continuando con esta acepción, veamos a continuación tres oraciones de ejemplo: “Ya me estoy empezando a azorar con los problemas ambientales que tenemos en nuestro país, me preocupa qué nación les dejaremos a nuestros hijos”, “Cuando era chico solía azorar a mis padres con comentarios sorprendentes”, “La policía detuvo al líder de una banda de delincuentes juveniles que se dedicaba a azorar a los vecinos del barrio San Marcos”.
En la primera oración, el emisor expresa su preocupación con respecto al impacto que nuestras acciones generan en el medio ambiente, ya que las generaciones futuras recibirán la Tierra en condiciones muy difíciles de superar. Aquí, el término azorar se puede entender con el sentido de una sensación desagradable, que no le permite a la persona encontrar la paz por tratarse de algo muy difícil de resolver. Continuamos con el relato de un hombre acerca de su infancia, específicamente de la preocupación que causaban sus comentarios a sus padres: podemos pensar, en este caso, que sus palabras los perturbaban o inquietaban, pero probablemente no los amedrentaban, ya que el efecto no era intencional, sino espontáneo.
Llegamos a la tercera y última oración, que nos habla de una banda dedicada a amedrentar a la gente por la calle, es decir, a infundirles miedo por medio de sus acciones y comentarios. La delincuencia puede organizarse en varios niveles, más allá de los robos y actos vandálicos más materiales. Si un delincuente consigue que el pueblo le tenga miedo, ha ganado el cincuenta por ciento de la batalla.
Alguien azorado, por lo tanto, está aturdido o alterado. Supongamos que una mujer mayor oye los insultos que se profieren dos niños. Al advertir el lenguaje soez de los chicos, la anciana queda azorada. En este caso, el significado es similar al de los primeros dos ejemplos, aunque con una mayor posibilidad de resolver el problema: ella puede intentar que ellos cambien su actitud, que mejoren su forma de comunicarse para enderezarse y convertirse en adultos más aptos para vivir en sociedad.
Incitar, encender
Otro uso de azorar aceptado por la RAE se vincula a incitar, incentivar o encender: “Con aplausos y chasquidos, el hombre comenzó a azorar al animal para que se moviera”, “El discurso del presidente me pareció desafortunado ya que este tipo de mensaje puede azorar a los violentos”, “Equipado con un palo para azorar al animal, el hombre se acercó a la jaula”.
Aquí tenemos una acepción completamente diferente a la expuesta en los primeros tres ejemplos. Mientras que la preocupación o el miedo no suelen conducen a una acción inmediata, y de hecho pueden resultar en un estado del cual la persona no consigue salir, en este caso tras azorar a alguien obtenemos una reacción en el momento. Veamos el primer ejemplo: un hombre aplaude y chasca los dedos para que un animal comience a moverse. La segunda oración advierte del efecto que ciertos mensajes pueden tener en la parte más violenta de la sociedad, incitándolos a actuar al margen de la ley. Por último, otra persona que usa la violencia para asustar a un animal.