El vocablo latino balneātor llegó a nuestro idioma como bañador. La Real Academia Española (RAE), en su diccionario, indica que el término puede emplearse como adjetivo o como sustantivo.
La primera acepción que recoge la RAE refiere a aquel o aquello que baña. El verbo bañar, en tanto, suele usarse para nombrar a la acción de introducir a alguien o algo en un líquido (por lo general, agua) para refrescarlo, limpiarlo o con un objetivo medicinal.
En este sentido, el individuo que se dedica a bañar perros puede mencionarse como bañador. Estas personas trabajan higienizando a las mascotas, usando jabones y champús especiales para animales. Además suelen cepillar el pelo y peinar a sus clientes.
Bañador como recipiente
Otro uso del concepto de bañador se asocia al recipiente que permite bañar o lavar un objeto. Para cumplir con sus funciones, el bañador tiene que fabricarse con un material que no se dañe con el agua y debe contar con una cierta concavidad para que sea posible introducir aquello a bañar en su interior.
Un bañador puede utilizarse para lavar alhajas, por señalar una posibilidad. Hay que mencionar que, según este significado, un bañador puede ser el elemento también conocido como bañadera o bañera. Por ejemplo: «No te olvides de llevar el bañador / la bañadera / la bañera del bebé».
Traje de baño
Más allá de estas definiciones, el uso más habitual de bañador hace alusión a un traje de baño. Así se denomina a la prenda que se emplea en una piscina o en la playa y que, por su tela o tejido, sirve para bañarse.
Llamado malla en algunos países sudamericanos, el bañador suele cubrir solamente las zonas del cuerpo que se tapan por pudor: los genitales y, en el caso de las mujeres, los pechos. De todos modos, existen múltiples diseños y sus características van cambiando según la época y la cultura.
Historia del bañador
La aparición del bañador como prenda puede relacionarse con el desarrollo de la costumbre de bañarse en el mar, que empezó a expandirse a fines del siglo XVIII como actividad de ocio o descanso. Los primeros bañadores eran iguales para mujeres y hombres: se trataba de un conjunto de medias, pantalón largo y camisa de manga corta.
Con el tiempo, los bañadores fueron acortándose y achicándose, dejando cada vez más piel al descubierto. Esto está asociado a las modificaciones de las costumbres y a que exhibir el cuerpo en público dejó de considerarse una cuestión inmoral.
De este modo, puede decirse que, a grandes rasgos, el bañador masculino se convirtió en un pantalón corto o short. Los bañadores femeninos más populares, en tanto, pasaron a ser prendas de una pieza que cubrían la zona genital y el busto, aunque luego irrumpieron los bañadores de dos piezas que mantienen el vientre al descubierto.
Algunos modelos
En el caso de los hombres, los bañadores actuales pueden ser bermudas (que se extienden hasta las rodillas) o prendas más cortas. La sunga o zunga, por otro lado, se asemeja a un slip ajustado.
Las mujeres pueden optar por bañadores enteros o enterizos; bikinis (dos piezas); o trikinis (dos piezas unidas por una tira central en la parte delantera). La versión más reducida del bikini recibe la denominación de microbikini o microkini.