Un bidón es un recipiente utilizado para el almacenamiento y el traslado de líquidos. Se trata de un receptáculo que se cierra herméticamente, con lo cual resulta ideal para el transporte de aquellas sustancias que necesitan permanecer aisladas del entorno.
Características generales
Las características de los bidones son variadas. Pueden tener diferentes tamaños y estar hechos con plástico, metal u otro material. A nivel general puede decirse que son similares a las botellas, aunque más grandes (y presentan, por lo tanto, mayor capacidad).
Los bidones tienen múltiples usos. Es habitual que se utilicen para llevar combustible, por ejemplo. También pueden servir para trasladar aceite (ya sea comestible o aquel destinado a motores).
Los productos de limpieza muchas veces se comercializan en bidones. Limpiadores de pisos, lavavajillas y otros artículos similares pueden conseguirse en bidones de uno, cinco o diez litros, por mencionar algunas posibilidades.
El agua mineral y los jugos (zumos), en tanto, se ofrecen en bidones en numerosos supermercados. Una vez más, la variedad es amplia, ya que hay bidones de cinco litros, seis litros, doce litros y hasta veinte litros.
Descartables o reutilizables
Es importante mencionar que existen los bidones descartables (o desechables) y los bidones reutilizables. En el primer caso, están pensados originalmente para ser desechados cuando se vacían, mientras que los bidones reutilizables tienen que devolverse al distribuidor del producto en cuestión. De todas maneras, para reducir la cantidad de residuos que se generan, a todos los bidones se les pueden encontrar segundos usos o al menos destinar su material al reciclaje para que no terminen en el basurero.
Y es aquí donde debemos actuar con nuestra creatividad o por medio de una rápida investigación para evitar el aumento de los residuos no degradables. Por ejemplo, las personas que aman la cocina suelen necesitar un gran número de recipientes de diferentes tamaños y formas para almacenar sus recetas, que van desde mermeladas caseras hasta cremas, aceitunas cosechadas por ellas mismas o mezclas de semillas trituradas. En lugar de comprarlos en un bazar, pueden aprovechar los de otros productos una vez que los han consumido.
Un bidón también se puede transformar en una regadera para las plantas mediante un simple trabajo de perforación. Es innegable que los artículos fabricados con un fin específico suelen ser más prácticos y, sobre todo, más estéticos. Sin embargo, es muy noble de nuestra parte rechazar estos aspectos superficiales en pos de una decisión que genere un impacto menor en el medio ambiente. No debemos olvidar que el beneficio es para todos los seres vivos, nosotros incluidos.
El bidón Jerrycan
Si bien no solemos pensar en el nombre propio de estos recipientes, un diseño en particular fue tan relevante que pasó a ser conocido como Jerrycan. Se trata de un bidón de 20 litros que creó el ejército alemán para transportar combustible poco antes de la Segunda Guerra Mundial, y lo llamó Wehrmachtskanister.
Ya en el marco de la guerra, los británicos se quedaron maravillados ante el diseño de este bidón y decidieron copiarlo. Su versión, sin embargo, recibió el apodo de Jerry can para hacer alusión al apodo despectivo por el que se referían a los alemanes (Jerrys) y el término can, que significa «lata».
La necesidad de tomar el diseño de este bidón alemán surgió porque los británicos contaban con dos modelos propios que les ocasionaban diferentes problemas: el de 9 litros era fácil de transportar y robusto, pero costaba demasiado dinero producirlo; el de 18, si bien era más económico su resistencia dejaba mucho que desear. Este último causó importantes pérdidas de combustible a causa de los huecos que se hacían en su superficie.