Lavavajillas es un término que tiene dos acepciones en el diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto puede hacer referencia al detergente que se utiliza para el lavado de la vajilla o a la máquina que permite lavar los platos, los vasos, los cubiertos, etc.
TemasLíquido para limpiar
Justamente la idea de vajilla alude al conjunto de los elementos que se usan en la mesa para beber y comer o para servir los alimentos. Un lavavajillas sirve para quitar la suciedad de estos objetos.
El líquido usado para fregar los platos y cubiertos se llama lavavajillas
Como detergente, el lavavajillas tiene la capacidad de limpiar químicamente. Este líquido presenta propiedades tensioactivas y, de este modo, facilita la separación de los restos de comida y residuos.
A la hora de fregar cubiertos, vasos y platos, se necesita un detergente lavavajillas para que la tarea se complete con éxito. Es importante también emplear la cantidad apropiada de agua para lavar y enjuagar la vajilla.
La máquina
Como electrodoméstico, en tanto, el lavavajillas, lavatrastes o lavaplatos surgió en el siglo XIX, accionándose por entonces de modo manual. Hoy en día los lavavajillas pueden encontrarse en restaurantes, bares y viviendas.
Los lavavajillas actuales funcionan mediante la circulación de agua a al menos 50 °C, que se mezcla con un detergente de gran alcalinidad. Luego enjuagan la vajilla y muchos también pueden generar calor para el secado.
Quien usa un lavavajillas debe colocar los platos, los vasos, las copas, los cubiertos y el resto de los artículos a lavar en las bandejas y los soportes correspondientes. Después tiene que iniciar la máquina para que el lavavajillas se encargue del proceso. Sobra decir que ofrece una comodidad muy tentadora, ya que no requiere un gran esfuerzo para lavar los platos, sobre todo en familias muy numerosas o después de grandes reuniones.
Contraindicaciones del lavavajillas
Es importante saber que no podemos lavar cualquier utensilio o artículo de vajilla en estos electrodomésticos, y los motivos son muy diversos. Comencemos por los cuchillos con mangos de acero templado o madera: en el acero, el detergente del lavavajillas puede causar un gran desgaste al punto de oxidarlo; la madera, dada su natural porosidad, se puede hinchar y abrir. Los cuchillos de acero inoxidable, incluso los que tienen mangos de pasta o plástico, sí pueden lavarse sin problemas.
En segundo lugar, debemos mencionar las copas y otros artículos de cristal muy delicados. El riesgo es que pierdan brillo y transparencia después de muchos ciclos en el lavavajillas. Si bien existen programas especiales para estos objetos, no vale la pena ponerlos en riesgo por el tiempo que nos ahorramos, sobre todo si se trata de herencias o juegos muy costosos. Los recipientes de cocina con capas antiadherente también se recomienda lavarlos a mano, salvo que en la etiqueta se indique que son aptos para lavavajillas, para evitar que se agrieten y desprendan trocitos de material, además de perder su efecto con el tiempo.
Unas tazas colocadas en la bandeja del lavavajillas
Otros productos que no conviene meter en el lavavajillas son las tapas de ollas a presión, porque sus válvulas se pueden obstruir con algunas partículas y sus partes de goma pueden perder efectividad. Incluso en los modelos que se pueden desmontar, es preferible un lavado tradicional. Los artículos de aluminio sin esmaltar, como ser cafeteras y moldes, pueden verse afectados con manchas a causa de la abrasión del detergente y la temperatura del agua. Algo similar ocurre con el cobre.
Por último podemos mencionar las etiquetas de papel que se encuentran demasiado adheridas a los frascos: mucha gente usa el lavavajillas porque en un solo lavado suele desprenderlas. Sin embargo, los restos de papel pueden atascar la máquina, de manera que no se aconseja. Si ya lo hemos hecho, entonces debemos revisar el filtro y limpiarlo.
