Bochorno es un término que se halla en el vocablo latino vulturnus, traducible como “viento del este”. Por eso la primera acepción que menciona la Real Academia Española (RAE) en su diccionario alude a un aire cálido e incómodo que se siente durante la temporada de verano.
Este tipo de viento se caracteriza por la temperatura elevada. Por extensión también se conoce como bochorno al calor que sofoca. Por ejemplo: “El pronóstico del tiempo anticipa cielo despejado y bochorno para esta tarde”, “No soporto más este bochorno: me gustaría que llegue el invierno ahora mismo”, “La laguna nos ofreció un alivio ante el bochorno”.
Temperatura de bochorno
Se conoce como temperatura de bochorno a un índice que refleja qué temperatura percibe el ser humano en su cuerpo, de acuerdo a un cálculo que se encarga de combinar la humedad relativa y la temperatura seca del ambiente. El cuerpo debe disipar el calor, para lo cual apela a la transpiración. Para evaporarse, el agua del sudor también requiere calor, que obtiene del propio cuerpo.
Cuando la humedad relativa es muy alta, se reduce la proporción de la evaporación, una particularidad que lleva a una menor quita de calor del cuerpo. Por eso la persona siente una temperatura superior a la que experimentaría en el caso de que el aire fuera seco.
Un sofoco
También se llama bochorno al sofoco que sienten las mujeres embarazadas o menopáusicas y al rubor de un individuo cuando está avergonzado o nervioso.
En el caso de las mujeres con menopausia ese bochorno se manifiesta a través de un aumento del sudor e incluso mediante el enrojecimiento de la piel. Aparece en un momento puntual y sin una causa aparente, haciendo que la fémina se vea en la necesidad de tener que abanicarse o encontrar otra forma para sentir sensación de frescor.
Tipos de bochorno
Se considera que existen tres tipos fundamentales de bochorno relacionados con esa fase en la que la mujer ha perdido la menstruación:
- Leves, que no duran más de dos minutos y que suelen aparecer menos de seis o siete veces al día.
- Moderados, que tienen lugar más de siete ocasiones durante la jornada y que suelen durar en torno a los dos minutos.
- Severos, que son los que se identifican porque tienen una duración superior a esos dos minutos y porque se producen en más de siete veces durante el día.
Cómo prevenirlos
Entre las medidas que se recomiendan a las mujeres llevar a cabo en pro de acabar con los bochornos menopáusicos destacan algunas como las siguientes:
- Realizar ejercicio de manera frecuente.
- Llevar a cabo cinco comidas al día y tener una alimentación donde tengan mucha presencia tanto las frutas como las verduras.
- Dejar de lado los alimentos muy calientes así como los excesivamente especiados y los que cuentan con demasiada grasa.
El bochorno como incomodidad
Por último, se conoce como bochorno al sofocamiento o la incomodidad que genera o transmite algo que produce vergüenza o que resulta ofensivo.
“El partido terminó en bochorno: los jugadores de ambos equipos se tomaron a golpes durante diez minutos”, “La actriz sufrió un bochorno cuando su pantalón se rompió” y “¡Qué bochorno! Me olvidé el regalo de cumpleaños de Milagros” son expresiones que muestran esta acepción.