Se denomina brasa al carbón o a la leña cuando están incandescentes: es decir, enrojecidos por el calor. Cabe destacar que el carbón y la leña son combustibles sólidos ya que, al oxidarse, liberan energía.
Carbón
El carbón es una roca sedimentaria compuesta principalmente de carbono, junto con varios otros elementos, como hidrógeno, azufre, oxígeno y nitrógeno. Se forma a partir de la materia orgánica vegetal que se acumula y se somete a presión y calor durante millones de años en procesos geológicos. Es una fuente de energía fósil y se utiliza en diversas aplicaciones, como la generación de electricidad y la producción de acero.
La brasa es el producto resultante de la combustión. Cuando ya no hay llamas debido a que el fuego se ha ido apagando, los trozos de carbón se convierten en brasas que siguen transmitiendo calor mediante radiación.
El carbón suele usarse para la generación de brasas que permitan cocinar los alimentos. Debido a que las llamas pueden arrebatar la cocción, es importante que ya no haya fuego sino que sean las brasas incandescentes las que transmitan el calor para el cocimiento adecuado de la comida.
Comidas a las brasas
Las brasas son ideales para cocinar una gran variedad de comidas. Veamos algunas de ellas a continuación:
- asado de carne: es una de las preparaciones más populares. Se pueden cocinar cortes como bistec, costillas, chuletas, pollo, cerdo o cordero, o incluso carne vegetal. La comida adquiere un sabor ahumado y un exterior crujiente mientras que el interior se mantiene jugoso;
- pescado: el salmón, la trucha, el atún y la lubina son excelentes opciones para cocinar a las brasas, ya que realzan su sabor y les dan una textura única;
- verduras: pimientos, calabacines, berenjenas, espárragos, maíz y champiñones, directamente sobre las brasas o en una parrilla;
- brochetas: con trozos de carne, pescado o pollo (o sus alternativas vegetarianas), intercalados con verduras como cebolla, pimiento y tomate. Se cocinan rápidamente y son fáciles de manipular en la parrilla;
- pizza: la masa se coloca sobre las brasas hasta que esté crujiente, luego se le agregan los ingredientes y se cuece hasta que el queso se derrita.
De la leña
Para obtener brasas de la leña, se debe partir de madera seca y dura, como roble, haya, o nogal. Ésta se corta en trozos de tamaño adecuado: los más pequeños se encienden más rápido, pero los más grandes producen brasas más duraderas. Luego se colocan en una pila o en una estructura que permita la circulación de aire; por ejemplo, formando una pirámide o una «cabaña».
Con fósforos, un encendedor o un iniciador de fuego, se enciende la leña en el centro de la pila. Se recomienda tener a mano papel o astillas de madera secas para acelerar el proceso. A medida que el fuego crece, se debe añadir leña gradualmente, pero sin sobrecargarlo, ya que esto puede sofocar las llamas. Dejar que el fuego se desarrolle lentamente.
A medida que el fuego arde, la leña se consume y se convierte en brasas: las piezas de madera quemada que emiten un calor intenso y duradero. Es importante contar con un espacio adecuado y seguro, con una fuente de agua o arena para apagar el fuego en caso de emergencia. También, es necesario verificar las regulaciones locales y las restricciones de quema antes de encender una fogata.
Para calefaccionar
A lo largo de la historia, las brasas han sido una fuente de calor esencial para calefaccionar ambientes en muchas culturas y regiones del mundo. Han desempeñado un papel crucial en la supervivencia y comodidad de las personas durante las estaciones frías.
Su uso como fuente de calefacción se remonta a las antiguas civilizaciones. En la antigua Roma, por ejemplo, las brasas eran un elemento esencial en los hogares. Los ciudadanos romanos disponían de ingeniosos sistemas de calefacción por suelo radiante para calentar el aire.
En la Edad Media europea, los castillos y las residencias señoriales tenían sus propios braseros que mantenían las habitaciones cálidas y acogedoras en las heladas noches de invierno. Hoy en día, las brasas pueden encontrarse en estufas de leña, barbacoas y chimeneas, donde continúan brindando calor y creando un ambiente acogedor.