Bunker es un término inglés que, en su sentido original, se refería al depósito de carbón presente en una embarcación. En lengua alemana, el concepto empezó a utilizarse para nombrar al lugar que brinda protección ante un ataque.
Esta última acepción es la que recoge el castellano en la palabra búnker. Entendemos por búnker o bunker, por lo tanto, a una clase de refugio o de fortificación que se utiliza con fines defensivos.
Por ejemplo: “El general cree que los enemigos llegarán a nuestro búnker en los próximos días”, “Los arqueólogos se sorprendieron al descubrir un búnker hasta ahora desconocido debajo del centro de Berlín”, “Sólo abandonaré el búnker cuando el peligro haya pasado”.
El bunker de Hitler
Los búnkeres suelen ser construcciones desarrolladas con materiales muy resistentes. Por lo general, se encuentran ubicados en lugares subterráneos u ocultos para minimizar la posibilidad de impacto de bombas o misiles.
Entre los búnkeres más famosos de la historia hay que destacar el que se dio en llamar Führerbunker, que se situó bajo la ciudad de Berlín y que tenía como objetivo proteger a los altos mandos del gobierno y ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Adolf Hitler fue quien se encontraba detrás de la decisión de poner en marcha aquel lugar, que estaba construido a unos 9 metros de profundidad, que interconectaba con otro denominado Vorbunker y que contaba con espacios tales como despachos, salas de conferencias e incluso habitaciones o sala de médicos.
Es más, en los últimos momentos de dicho conflicto bélico, el Führer se refugió en él desde el 16 de enero de 1945. Allí se dio a conocer que contrajo matrimonio con Eva Braun para después, cuando tenía claro que había llegado el fin de su poder, suicidarse en compañía de ella.
Actualmente aquella construcción se encuentra clausurada y olvidada, situada bajo lo que hoy es una plaza.
Refugio más allá de una guerra
Aunque lo habitual es que se asocien con lo militar (para ser utilizados en medio de una guerra o ante un ataque), un búnker también puede ser construido y utilizado por cualquier persona de la sociedad civil. De este modo, hay gente que construye búnkeres en su casa para protegerse de posibles catástrofes ambientales o incluso de alguna eventual tragedia nuclear.
Este sería el caso, por ejemplo, del actor estadounidense Tom Cruise. Y es que se ha dado a conocer que ha decidido construirse uno en su casa de cara a protegerse del fin del mundo. En concreto, lo ha realizado debajo de su mansión en Beverly Hills, posiblemente influenciado por la religión que profesa: la cienciología.
Y es que además la institución eclesiástica que sustenta a aquella, que algunos consideran una secta, también ha creado varios búnkeres en distintos rincones apartados de las grandes ciudades y en plena naturaleza.
Construcción de un bunker
Contratar a una empresa especializada en la construcción de búnkeres capaces de soportar desastres nucleares no sólo requiere de una inversión económica imposible para la mayoría de los bolsillos, sino que también acarrea una serie de cuestiones legales que no todos pueden afrontar. Pero existen muchas personas que escogen un camino más sencillo, aunque no siempre tan efectivo: construirse su propio búnker.
En primer lugar, es necesario identificar el tipo de problema que deseamos combatir mediante la construcción de un búnker: es importante señalar que las opciones caseras no pueden ofrecernos el grado de protección de un búnker militar de alta tecnología, pero sí resultan útiles contra ciertas catástrofes naturales y ataques humanos.
Una de las primeras alternativas al búnker industrial consiste en improvisar uno con elementos ya construidos, como ser una bodega o un parking. Existen diversas formas de reforzar dichos espacios, como ser mediante el uso de tablones de madera, sacos de tierra, vigas de acero y dobles muros; no sólo es accesible a nivel económico sino que aprovecha estructuras y materiales fáciles de conseguir.
Otra opción, muy popular, es el búnker de acero corrugado, un material utilizado en la obra civil para fabricar estructuras seguras. Se puede conseguir en láminas o barras, y es capaz de absorber el impacto de un vehículo. Su uso se popularizó en la Segunda Guerra Mundial; en Londres, por ejemplo, se distribuyó el conocido Refugio Anderson (construido con este mismo material) de forma gratuita para proteger a la población, y salvó la vida de miles de personas.
Los contenedores marinos que suelen verse en los puertos son también una solución relativamente económica para contar con una estructura resistente a la hora de construir un búnker. Se pueden conseguir a buen precio de segunda mano y son fáciles de transportar y modificar; por ejemplo, muchos los transforman de manera que se puedan conectar con otros contenedores. Una práctica común en este caso consiste en enterrar el búnker, ya sea cubriéndolo y creando un acceso o bien dejando su techo a la altura del suelo.
Uso simbólico de la noción
Otros usos de la noción de búnker son más simbólicos y refieren al espacio donde se reúnen los integrantes de un partido político o de otro tipo de organización.
“El candidato socialista esperará los resultados de las elecciones en el búnker de su partido” y “Los militantes se congregaron en la puerta del búnker del Partido Liberal para celebrar el triunfo” son expresiones que muestran este uso.