El burlete proporciona un aislamiento término y acústico, además de proteger del polvo y el viento.
Un burlete es una tira que se instala en juntas y rendijas de ventanas y puertas para contribuir al aislamiento de un ambiente. Los burletes pueden fabricarse con diversos materiales, contando generalmente con un adhesivo para facilitar su colocación.
Los burletes contribuyen a la climatización y al aislamiento sonoro de una habitación. También ayudan a ahorrar debido a que, al impedir que el aire ingrese y salga, se reduce la necesidad de recurrir a sistemas de calefacción o de enfriamiento.
TemasInstalación
La instalación de un burlete es un proceso relativamente sencillo y puede variar ligeramente dependiendo del tipo utilizado y el espacio donde queramos colocarlo (puerta o ventana). Los materiales necesarios son: tijeras o cuchillo, para cortar el burlete al tamaño adecuado; limpiador o alcohol, para preparar la superficie donde se aplicará el burlete; trapo o paño, para secar la superficie; pegamento (opcional, en caso de que el burlete no tenga autoadhesivo).
Pasos para la instalación:
- asegurarse de que la superficie de la puerta o la ventana esté limpia, libre de polvo o suciedad. Para ello se puede utilizar un limpiador o alcohol y un paño;
- colocar el burlete a lo largo de la parte superior o lateral para medir el largo necesario. Normalmente es necesario recortarlo para que se ajuste a la perfección;
- presionar el burlete firmemente, alineándolo correctamente y asegurándonos de que el adhesivo se adhiera firmemente a la superficie.
Repetir los pasos anteriores para aplicar el burlete en el lado opuesto de la puerta o ventana y, si es necesario, en la parte inferior. Si el burlete no es autoadhesivo o si deseamos una mayor fijación, podemos aplicar un poco de pegamento en la parte posterior antes de colocarlo. Por último, debemos comprobar que el burlete actúe como esperamos, es decir, que impida el paso del aire hacia el interior del ahabitación, o bien que la aísle de forma términa o acústica.
Tipos
Existen diferentes tipos de burletes diseñados para adaptarse a distintas necesidades de sellado y aislamiento. Algunos de los tipos más comunes de incluyen:
- burletes de espuma autoadhesivos: están hechos de espuma de poliuretano o neopreno y cuentan con una capa de adhesivo en la parte posterior que permite una fácil instalación. Son ideales para sellar huecos en puertas y ventanas, proporcionando un buen aislamiento térmico y acústico;
- burletes de goma o caucho: son resistentes y duraderos. También vienen con adhesivo para facilitar su instalación. Son efectivos para sellar rendijas en puertas y ventanas y ofrecen un buen sellado contra corrientes de aire y ruido;
- burletes de cepillo o pelos: están compuestos por filamentos de nylon o polipropileno que forman un sello flexible y suave al cerrar la puerta o ventana. Son útiles para evitar el paso de polvo, insectos y corrientes de aire;
- burletes de silicona: son muy flexibles y se adhieren fuertemente a la superficie. Son resistentes al agua y al clima, por lo que son ideales para aplicaciones exteriores o en áreas húmedas;
- burletes para exteriores: están diseñados específicamente para resistir las condiciones climáticas exteriores y proteger contra la humedad, el viento y el polvo. Pueden ser de goma, silicona o materiales resistentes a la intemperie;
- burletes para puertas de garaje: están diseñados para sellar el espacio entre la puerta de garaje y el marco, evitando la entrada de polvo, agua y aire;
- burletes para persianas: se utilizan para sellar y aislar las rendijas entre las lamas de las persianas, mejorando el aislamiento térmico y acústico.
Existen diferentes tipos de burletes, para cubrir diferentes necesidades.
Vida útil
Los burletes tienen una vida útil determinada. El roce que se produce cada vez que las ventanas o las puertas se abren y se cierran va desgastando el burlete, con lo cual resulta imprescindible reemplazarlo cada cierta cantidad de tiempo. Aunque depende de múltiples factores, lo habitual es que un burlete dure unos seis años.
Cuando el burlete evidencia desgaste, hay que cambiarlo por otro. De lo contrario, el aire volverá a circular entre las juntas.
