Un alcohol primario
Para comprender qué es el butanol, pues, es necesario analizar primero el concepto de butano. Decíamos que se trata de un hidrocarburo: es decir, de un compuesto que se genera cuando el carbono se combina con el hidrógeno. En el caso específico del butano, presenta cuatro átomos de carbono.
Retomando la idea de butanol, se trata de un alcohol derivado del butano. Un alcohol es un compuesto que cuenta con un grupo hidroxilo (-OH) que sustituye a un átomo de hidrógeno y que se une a un átomo de carbono saturado a través de un enlace covalente.
El butanol, o más precisamente 1-butanol (butan-1-ol), es un alcohol primario (el grupo hidroxilo se une a un carbono primario) cuya fórmula es H3C-(CH2)3-OH. En la naturaleza, el butanol aparece como un subproducto de la fermentación de ciertos hidratos de carbono.
Entre los usos del butanol, este alcohol se emplea para producir acrilato de butilo y como saborizante artificial. Por eso se lo puede hallar en golosinas, helados, bebidas y otros productos alimenticios.
2-butanol
El 2-butanol o butan-2-ol, por otra parte, es un alcohol secundario que, a diferencia del 1-butanol no se menciona como butanol sino siempre incluyendo el número. La fórmula de este compuesto es H3C-CH2-CH(OH)-CH3.
Por otra parte, también podemos mencionar sus isómeros, que son el butan-1-ol, el metilpropan-1-ol y el metilpropan-2-ol. Los isómeros responden al concepto de isomería, una propiedad que tienen los compuestos químicos cuya fórmula molecular tiene las mismas proporciones relativas de los átomos de su molécula, aunque diferentes estructuras químicas, configuración y propiedades.
Biobutanol
Cabe resaltar que actualmente se impulsa el butanol de origen vegetal o biobutanol como combustible. Este alcohol resulta similar al etanol, pero dispone de dos átomos adicionales de carbono.
De acuerdo a los expertos, el butanol de origen vegetal ofrece el 95% de energía frente a un idéntico volumen de gasolina. Además es posible mezclar este butanol con la gasolina en una proporción más elevada que el etanol.
Efectos en la salud
Si se inhala el butanol puede llegar a causar envenenamiento, aunque las probabilidades son escasas dada su poca volatilidad. Principalmente irritan el tracto respiratorio superior y generan consecuencias como tos, somnolencia, mareos, dolor de cabeza y problemas para respirar. Si se absorbe en la sangre, entonces sus efectos pueden ser similares a los de la ingestión (que se detallan a continuación).
La ingestión del butanol puede producir náuseas, dolores en el abdomen y la cabeza, diarrea y mareos. Si se ingiere en dosis considerables, también puede atacar el hígado, los riñones y el aparato auditivo. Para llegar a causar la muerte deben consumirse entre 3 y 7 onzas. Luego tenemos los efectos que puede tener al entrar en contacto con la piel, que se resumen en un descenso de los aceites naturales y algunos de los síntomas recién mencionados.
Si el butanol toca los ojos, puede inflamarlos y provocar dificultades para ver con claridad. Si el contacto se da por medio del vapor de butanol, las consecuencias varían entre el dolor, el lagrimeo y la irritación.
Primeros auxilios
Ante un caso de inhalación, se recomienda llevar a la persona al aire libre para que pueda respirar. Si no lo consigue o si le cuesta, se debe administrar oxígeno y contactar con un médico. La ingestión se puede combatir induciendo el vómito de inmediato; si se combina con la pérdida de conocimiento es importante no intentar administrarle nada por la boca.
Si el butanol ha entrado en contacto con la piel es necesario lavarla con mucha agua durante al menos un cuarto de hora, además de quitarse cualquier prenda que haya sido contaminada y lavarla bien antes de volver a usarla. El lavado también se aplica a los ojos, sin olvidarse de los párpados.