El concepto de caja de ahorro puede utilizarse de distintas maneras. En algunos países, se llama caja de ahorro a un tipo de cuenta bancaria.
Una caja de ahorro, en este sentido, es una cuenta en la cual el cliente deposita su dinero para que el banco lo guarde y le pague intereses por la suma depositada. Dicho dinero está a disposición del usuario, que puede extraerlo de la caja de ahorro cuando lo desee.
Usos de una caja de ahorro
Estas cajas de ahorro pueden tener vinculados diferentes productos y servicios, como tarjetas de débito, tarjetas de crédito y banca electrónica. El titular de la caja de ahorro también puede entregar el número de la caja a otras personas para que realicen depósitos en dicha cuenta o hagan una transferencia de dinero.
Un traductor que ofrece sus servicios de manera independiente, por ejemplo, puede manejarse con una caja de ahorro para cobrar sus trabajos. Cuando recibe un encargo, de este modo, el traductor envía los datos de su caja de ahorro para que el contratante le deposite o le transfiera los honorarios acordados.
A diferencia de la cuenta corriente, la caja de ahorro no permite tener cheques ni utilizar más dinero del que está disponible en el saldo. El titular de una cuenta corriente, en cambio, puede efectuar un giro en descubierto, lo que supone contraer una deuda.
Una entidad crediticia
Cuando se habla de caja de ahorros, con el último término en plural, se puede hacer referencia a una entidad crediticia que se orienta a financiar a pequeñas empresas y a grupos familiares. Estas cajas de ahorros tienen una finalidad social y carecen de afán de lucro.
La caja de ahorros, al ser una entidad de crédito, forma parte del mismo grupo que las cooperativas de crédito y los bancos. Sin embargo, tiene ciertas características bien definidas que la diferencian de los otros componentes; por ejemplo, mientras que los bancos son sociedades anónimas, el carácter de las cajas de ahorros es fundacional, razón por la que están obligadas a destinar una porción de sus ingresos a fines sociales.
Otro ejemplo de las obligaciones que tienen las cajas de ahorros en contraste con las de un banco o una cooperativa de crédito es que en el órgano superior de gobierno, la Asamblea General, deben estar representadas por fundadores, grupos de interés, administraciones públicas, empleados e impositores. Además, el carácter de la caja de ahorros es fuertemente territorial.
Cajas de ahorros en España
En España, las cajas de ahorros son entidades que gozan de la misma libertad que las demás entidades financieras para llevar a cabo sus operaciones. Si bien su finalidad es social, funcionan basándose en criterios de mercado. Luego de la crisis financiera que tuvo lugar en el año 2008, el sector debió atravesar un proceso de reestructuración y concentración, y en poco tiempo fueron desapareciendo casi todas las cajas de ahorros a excepción de dos: Colonya, Caixa Pollença y Caixa Ontinyent.
La regulación de las cajas de ahorros en España está a cargo de la Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias, y su creación ser rige por el Decreto 1838/1975. Del mismo modo, las normativas que hacen referencia a infracciones, sanciones y recursos propios, entre otras de las que se aplican a las entidades de crédito las afecta directamente.
En el pasado, la Confederación Española de Cajas de Ahorros era el punto en el cual se agrupaban estas entidades, aunque luego de la puesta en vigor de la Ley 26/2013 también comenzaron a formar parte de ella las entidades de crédito y las fundaciones bancarias. Hasta el año 2009, el 96,3% de la población española tenía al menos una sucursal en su localidad de residencia.