La idea de calesita se utiliza en varios países sudamericanos para hacer referencia a un tiovivo o carrusel: una atracción recreativa que gira gracias a una plataforma rotatoria.
Pasatiempo infantil
La calesita es un pasatiempo infantil que suele estar presente en ferias y parques. Su estructura cuenta con asientos que habitualmente tienen forma de animales o vehículos: los niños, de este modo, se sientan en dichos lugares mientras la calesita gira.
Cabe destacar que los asientos de algunas calesitas se mueven hacia arriba y hacia abajo. De esta manera, al giro de la calesita se le suma simultáneamente el desplazamiento vertical de los asientos. Esto no suele darse en todos los asientos, en parte para la seguridad de los niños más pequeños, quienes no tienen el desarrollo motriz o la altura suficientes como para aferrarse a los caños.
Es habitual que, en el marco de su funcionamiento, las calesitas tengan música. Incluso suele ser frecuente que la misma melodía se repita constantemente. Dependiendo de la calesita en cuestión y también de la época, la música podía ser propia de la atracción o bien una serie de canciones populares del momento. En el primer caso, una de sus características principales es que genere la sensación una vuelta infinita, de repetición, para que se complemente a la perfección con el movimiento.
Los espejos también son elementos comunes de las calesitas. Los mismos se suelen colocar en el cilindro central, para que los niños se vean reflejados mientras giran, con el paisaje pasando detrás de ellos. Forma parte de la ilusión que genera esta peculiar atracción. De noche todo se transforma gracias a las luces de colores, típicas de la calesita, que podemos encontrar tanto en su parte exterior (para llamar la atención del público y atraerlo) como interior.
Datos curiosos
Es interesante señalar que en naciones como Argentina, México y Estados Unidos las calesitas giran en contra del sentido de las agujas del reloj. En Europa, en cambio, suelen girar en el sentido horario.
En el territorio argentino, al dueño o responsable de la calesita se lo conoce como calesitero. Esta persona, mientras la calesita gira, agita la sortija (un objeto metálico que le otorga al niño que consigue tomarlo una vuelta extra de forma gratuita).
La sortija es para la mayoría de los niños que disfrutan de la calesita su objetivo principal, porque los incentiva a moverse activamente en lugar de permanecer quietos mientras la calesita gira, con el propósito de obtener un pase gratuito. Es un auténtico desafío que, sobre todo en la época de oro de esta atracción que se está perdiendo, formaba parte del ambiente mágico de los parques infantiles.
Historia
Los orígenes de las calesitas se encuentran en el ámbito militar. Mecanismos similares eran empleados en el Imperio Bizantino para entrenar a los soldados y a modo de entretenimiento. Los jinetes, en este contexto, practicaban atacando a los muñecos que iban a apareciendo con los giros.
Los soldados también debían usar sus lanzas con gran destreza, para conseguir hacerlas pasar a través de unos anillos que se colocaban alrededor de la máquina, lo que en su versión futura se convertiría en las sortijas. Resulta muy curioso que una atracción infantil tenga un pasado centrado en la violencia, pero no deja de ser fascinante su evolución.
La historia indica que los cruzados trasladaron el sistema al continente europeo, siempre centrándose en el entrenamiento militar. Al principio, estas calesitas formaron parte de la estrategia secreta de formación de los jinetes. Con el tiempo, las calesitas comenzaron a instalarse en los jardines reales, ya orientadas a la diversión. Una de los más antiguas se construyó en París, con un tamaño mayor al de las militares.