La noción de carátula tiene varios usos. La primera acepción que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) alude a una máscara que se utiliza para el ocultamiento del semblante.
El término carátula incluso puede emplearse con referencia a la cara: el sector delantero de la cabeza o el rostro. Otros usos del concepto se vinculan a la farándula (el mundo del espectáculo) y a la esfera en la cual giran las agujas de un reloj.
La carátula como cubierta o portada
Más allá de estos significados, carátula suele utilizarse para nombrar a la portada, la cubierta o el estuche de diferentes objetos. Los libros, las cintas de video, los casetes y los discos, por ejemplo, tienen carátula.
Tomemos el caso de los libros. La carátula es la cubierta: la parte delantera exterior que protege las páginas y que, por lo general, incluye los mismos datos que la portada (el nombre del autor, el título de la obra y la editorial a cargo).
La carátula de un disco, disco compacto o casete, en tanto, suele ser una fotografía o una ilustración que identifica al álbum en cuestión. Este material permite reconocer el trabajo ya que es habitual que además exhiba el nombre del artista.
Incentivo para la compra
En estos ámbitos, la carátula tiene una gran importancia porque en muchos casos sirven como disparador de una compra. Debemos recordar que los consumidores no siempre se enteran de los productos que salen a la venta, incluso de aquellos que pudieran interesarles; para eso existen las campañas de publicidad, que se pueden llevar a cabo por muchos medios, desde la radio hasta Internet, pasando por los carteles colocados en puntos estratégicos de la vía pública.
La carátula de un disco o de un libro debe ser muy atractiva e impactante para ganarse su atención en una fracción de segundo. Dado el volumen de productos que han sido creados hasta el momento, no resulta muy beneficioso buscar la originalidad absoluta: no es realista pensar que «nuestra creación será diferente a todas las demás». Sin embargo, la autenticidad como punto de partida, como fuente de ideas sí es recomendable porque permite dar con un resultado que se relacione con su creador, que se identifique con él y con nadie más.
La carátula como página de presentación
Una carátula, por otra parte, es una página que funciona a modo de presentación o de introducción. Supongamos que los estudiantes de una determinada asignatura deben entregar un texto académico. El profesor les solicita que, en la carátula, detallen su nombre y el título del documento. Así, antes del contenido en sí mismo, el docente se encuentra con estos datos.
Si bien la carátula de un libro y la de un trabajo académico o una asignatura son diferentes, todas tienen en común ciertos aspectos. En primer lugar, deben presentar ciertos datos muy específicos de una manera legible y fácil de encontrar. Ya sea el título del libro o del trabajo de investigación, el nombre de sus creadores, el del sello editorial, la fecha o algún subtítulo, todo esto debe ser legible.
Para ello debemos pensar en varios factores, comenzando por la posición de cada elemento, algo fundamental para organizarlos de una forma que el lector pueda encontrarlos intuitivamente; por ejemplo, en un documento es normal que el título anteceda todos los demás elementos, pero en un álbum de música, no. Luego debemos pensar en el tipo de fuente, y para ello decidir también su tamaño, su peso, sus efectos y su color. Esta última propiedad, sin embargo, debe decidirse en función del fondo, para asegurarnos de que contraste adecuadamente.
La decoración de una carátula depende del ámbito: para un libro o un disco de música, no existen muchos límites más allá del género al que pertenezcan y el tipo de público al que van dirigidos.