El adjetivo cardíaco, que también puede escribirse y pronunciarse con la acentuación cardiaco, procede del vocablo latino cardiăcus, que a su vez deriva del griego kardiakós. El concepto hace alusión a aquello vinculado al corazón.
Para comprender a qué se refiere la idea de cardíaco, por lo tanto, hay que tener en claro qué es el corazón. Se trata de un órgano muscular presente en todos los animales vertebrados y en algunos invertebrados, cuya función es bombear la sangre hacia las diferentes partes del cuerpo.
En el caso del ser humano, el corazón se ubica en un espacio conocido como cavidad torácica. El órgano se divide en cuatro cavidades: las dos inferiores reciben el nombre de ventrículos (el ventrículo izquierdo y el ventrículo derecho), mientras que las dos superiores se llaman aurículas (la aurícula izquierda y la aurícula derecha). A las venas que ingresan en la aurícula derecha se las llama venas cardíacas.
Estas venas cardíacas son la vena cava superior (que recoge sangre de la cabeza, el cuello, las extremidades superiores y la caja torácica) y la vena cava inferior (lleva sangre procedente de la pelvis, el abdomen y las extremidades inferiores). Ambas venas se encargan de trasladar sangre escasamente oxigenada.
El gasto cardíaco es el volumen de sangre que el corazón bombea en una cierta unidad temporal. Los problemas cardíacos, por otra parte, son dolencias y trastornos del corazón. Por extensión, se suele decir que una persona es «cardíaca» cuando sufre algún tipo de inconveniente en este órgano.
Un ataque cardíaco, por otro lado, es un infarto: la necrosis del corazón, producto de un bloqueo en las arterias coronarias. El infarto puede provocar un paro cardíaco y causar la muerte.
Se conoce con el nombre de insuficiencia cardíaca a la condición que existe cuando el corazón no es capaz de bombear sangre de forma adecuada a las necesidades del metabolismo, es decir, no puede abastecer el organismo con los volúmenes requeridos, o bien lo consigue pero a costa de elevar de forma anómala la presión en los ventrículos.
Existe una serie de actividades y cuidados que los especialistas recomiendan a los pacientes con insuficiencia cardíaca para que lleven a cabo todos los días con el propósito de evitar un cuadro de descompensación. Es muy importante señalar que el trabajo de los médicos no es absoluto, sino que requiere de la colaboración de sus pacientes para obtener los mejores resultados.
Veamos algunos de estos consejos a continuación:
* controlar el peso: los pacientes de insuficiencia cardíaca deben pesarse a diario, en cuanto se levantan por las mañanas y luego de haber orinado. Dentro de lo posible, se indica que no cambien de báscula para que los valores mantengan el mayor grado de coherencia. Gracias a este hábito es posible darse cuenta rápidamente si el cuerpo está acumulando líquidos;
* tomarse la tensión arterial: esto se puede hacer en cualquier momento del día. Dado que en la actualidad es normal contar con un aparato automático en casa, lo cual vuelve esta tarea muy fácil. Nótese que la toma no debe hacerse luego de haber realizado un esfuerzo, dado que las cifras pueden elevarse por encima de lo normal hasta que el cuerpo vuelva al estado de reposo;
* medir la frecuencia cardíaca: el mismo dispositivo usado para tomar la tensión arterial arroja el valor de la frecuencia cardíaca, por lo cual estas dos actividades pueden realizarse al mismo tiempo. Claro que siempre es posible recurrir al «método tradicional», que consiste en posar un dedo en la zona de la muñeca que se encuentra al comienzo del dedo pulgar y medir los latidos con un reloj.